jueves, 5 de mayo de 2011

Sueños de una Madre

Cierto hombre de la tribu de Leví
Tomó por esposa a una mujer levita.
Esta concibió y dio a luz un niño;
y al ver que era hermoso, lo tuvo escondido
durante tres meses.
No pudiendo ocultarlo más tiempo,
tomó una arquilla de juncos
y la recubrió con asfalto y brea.
Colocó en ella al niño y lo puso
entre los juncos a la orilla del Nilo.
Libro de Éxodo




Historia de Moisés
La historia de Moisés, el gran héroe del Antiguo Testamento, guarda relación con la fe inquebrantable de su madre. Una mujer, Jocabed, llena de creatividad, intuición y amor por su hijo, cualidades con las que Dios adorna y capacita a las madres.
Moisés fue un niño especial, "era hermoso" dice el relato del Éxodo, pero, ¡Que madre no encuentra hermoso a su hijo!
Al momento de su nacimiento pesaba sobre las familias judías una ley que no les permitía tener hijos varones. Jocabed ya tenía otros hijos, pero éste quizás, desde el embarazo, fue especial. Moisés seguramente, a partir de su nacimiento mostró un rostro resplandeciente, algo en su mirada que cautivó a su madre y la hizo intuir que debía protegerlo. La fe en Dios se mezcló con el amor y le dio fuerzas a Jocabed para sobreponerse al miedo que inmoviliza y tomó la decisión de salvar la vida de su hijo.
Ya sabemos que la imaginación y la creatividad de una madre hacen prodigios.

Ignoramos cómo logró ocultar al niño durante los tres primeros meses; lo que nos lleva a suponer que Moisés fue un bebé pacífico, “bien portado” y saludable.
El relato de la Biblia dice "No pudiendo ocultarlo más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso entre los juncos a la orilla del Nilo". 
El resto es historia conocida.

Muchas madres se angustian especialmente, cuando ven a sus hijos pequeños, enfermos, arder de fiebre en la cuna o cuando sienten que se cierne sobre ellos un futuro incierto. Pero, aún hoy, se puede decir como en el caso de Jocabed: “Su fe salvó al niño”



Salmo 90, Un Salmo de Moisés
(fragmento)
Señor, tú nos has sido refugio 
de generación en generación.
Antes que naciesen los montes
Y formases la tierra y el mundo,
desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
Vuelves al hombre hasta ser quebrantado,
y dices: Convertíos, hijos de los hombres.
Porque mil años delante de tus ojos
son como el día de ayer, que pasó,
y como una de las vigilias de la noche.
Los arrebatas como con torrente de aguas;
son como sueño,
como la hierba que crece en la mañana.
En la mañana florece y crece;
A la tarde es cortada, y se seca.



Teniendo en cuenta la historia de vida de Moisés, no es sorprendente que él diga “Señor, Tu nos has sido refugio de generación en generación”.
En otras palabras, todos tenemos en ti, Señor, un hogar, una habitación, un refugio.

Moisés, un hombre que probablemente, se llegó a sentir  sin hogar, extranjero, desposeído, huérfano, exiliado en el desierto (antes de ser el líder de su pueblo) sitúa nuestra morada, nuestro reposo y refugio en Dios mismo. Un Dios en el que aprendió a confiar a través de su madre y “de generación en generación”







Una Madre Creativa de Hoy
Dos semanas después de que su hija Mila naciera, la fotógrafa finlandesa Adele Enersen empezó a registrar sus siestas. Ella recrea los sueños que imagina tiene su hija y luego fotografía.
El blog al que subió las fotos se convirtió en un éxito mundial. Ella ha dicho que el próximo año  publicará un libro con todas las imágenes.

Las imágenes están tomadas de: http://milasdaydreams.blogspot.com/




2 comentarios:

Doña Eñe dijo...

Hola, Clarisa.
Mucho tenemos que aprender de la confianza en Dios de la madre de Moisés. Dios es nuestro refugio de generación en generación, sí, el único refugio seguro.
Sobre esas preciosas y entrañables fotos de una madre creativa, Adele Enersen, las conocía hace tiempo y nunca me canso de contemplarlas; no me extraña su éxito y, si publica un libro, seguro que será un éxito.
La del 24 de Diciembre, con la peque despierta esta vez, es una gozada.
Un abrazo, amiga.
:-)

Clarissa Rodriguez dijo...

Este Salmo (90) es uno de mis favoritos.
Yo no tengo estudios teológicos pero me encanta observar como un autor (en este caso Moisés) va hilando sus pensamientos para componer su canto o su oración a Dios. Es interesante, por ejemplo, los vocativos que usa. Comienza diciendo “Señor”, que es una expresión que señala autoridad, para continuar con “Tú”, un vocativo coloquial, cercano y de intimidad.
En fin, es un Salmo bellísimo.

De Moisés el Nuevo Testamento dice “se sostuvo como viendo al Invisible”, Libro de Hebreos.

De las imágenes, es verdad que son muy conocidas, pero igualmente tiernas. En particular dicen mucho de una madre creativa, que intenta imaginar los sueños de su pequeña niña.

Acá en Chile, el Día de las Madres se celebra este fin de semana.
Muchas felicidades para ti, Doña Eñe, que eres una madre excepcional (es lo que me llega de visitar tu espacio)
Muchas gracias por tu visita
Un gran abrazo!

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