martes, 30 de abril de 2013

Una pausa


Raluca Deca
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Florencia Coll
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Xi Pan
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Xi Pan




Xi  Pan

Secretos Nocturnos
fragmento
texto de Jacobo Siruela

"El sueño es un fenómeno psíquico muy delicado: le agrada esconderse de la luz del día. Vive totalmente separado del mundo diurno, como si fuera el envés de una hoja cuyo haz es la vigilia. La única manera de conectar ambos lados es recordar el mundo onírico. La memoria es el puente de unión, el cemento que los une. Pero los sueños se hacen cada vez más frágiles en su contacto con el día. Cada vez se distancian más de nosotros, cada vez hay menos personas que los recuerdan, como si se estuviera atrofiando nuestra capacidad de memorizarlos por la falta de conexión con lo onírico."

Con este párrafo, tomado del libro "Cuadernos de Noche" de Inka Martí, quiero poner una "pausa" en este espacio bloguero.
Volveré pronto y seguramente compartiré algo del interesante trabajo de Inka Martí y  Jacobo Siruela (Editorial Atalanta). 

De todos modos, estaré como todos los días, con "Un Salmo para el camino".

¡Hasta pronto, querid@s amig@s...!




Romas Balinskas
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viernes, 26 de abril de 2013

Libros


Dean Cornwell
1892 - 1960




Libros
Hermann Hesse

Ninguno de los libros de este mundo
te aportará la felicidad,
pero secretamente te devuelven
a ti mismo.
Allí está todo lo que necesitas,
sol, luna y estrellas,
pues la luz que reclamas
habita en tu interior.
Ese saber que tú tanto buscaste
por bibliotecas resplandece
desde todas las páginas,
puesto que ese libro es tuyo ahora.






Bücher
Hermann Hesse

Alle Bücher dieser Welt
bringen dir kein Glück,
doch sie weisen dich geheim
in dich selbst zurück.
Dort ist alles, was du brauchst,
sonne, Stern und Mond,
denn das Licht, danach du frugst,
in dir selber wohnt.
Weisheit, die du lang gesucht
in den Bücherein,
leuchtet jetzt aus jedem Blatt -
denn nun ist sie dein.

April 1918





Jozsef Rippl-Ronai
1861 - 1927


Pedro Lira
Bandera de Chile
1845 - 1912


James Sant
1820 - 1916



Jean-Baptiste Greuze
1725 - 1805



Pierre Lussier
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Pierre Bonnard
1867 - 1947


Dmitry Iosifovich Kiplik
1865 - 1942



Samuel Peploe
1871 - 1935




Lisa Schneider
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Boris Anatolyevich Sholokhov
1919 - 2003



Janos Laszlo Aldor
1895 - 1944



Charles A. Buchel
1872 - 1950


de los hermanos: Sergey y Alexey Tkachev

miércoles, 24 de abril de 2013

De la pena sorda


Zoey Frank
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Elegía de la Pena Sorda
Augusto Roa Bastos

Quiere un crecido viento
saturado de espinas
esculpir sus murallas en mi frente,
junto al silencio recostado en sombras...

Un viento que era ayer por los jazmines
ruiseñor del suspiro,
música del aroma,
nombre de la alegría...

Pero tú vienes,
llegas y traspareces
en el asombro de mi voz de luto...

Suena tu voz a lluvia en mis vertientes.
Un cacto erige en sus espinas últimas
tus ojos ya sin luz y sin recuerdos.

Por mi fatiga fraguan su emboscada
tibios oleajes que en tu busca ondulan
embravecidamente en las arenas.

Sólo tú me perduras
en insaciable borbotón de acoso
por los acantilados de mi angustia.

Y si tu voz ya suena a lluvia, a nube,
a olvido cierto en la aridez del alma,
a cicatriz de antigua agorería,
a eco sin eco, a mineral yacente,
y más y más te pierdo, recupero
cada vez más tu rostro en mi nostalgia
hecha un jazmín doliente,
cuna mortal y en sombras
de tu inmortalidad resplandeciente..


Elegía de la Pena Sorda, de "Poesías Reunidas"

Bandera de Paraguay

Augusto Roa Bastos
escritor paraguayo
1917 - 2005
Reconocido internacionalmente con el prestigioso 
premio Cervantes, en 1989


lunes, 22 de abril de 2013

Índice de prestigio


Giorgio de Chirico
1888 - 1978


Chirico: El Pintor que
Condenó sus Obras Maestras

“Pablo Picasso y Giorgio de Chirico son las dos figuras que dominan el arte del siglo XX”, dijo el crítico francés Waldemar George. Pero esto fue dicho hace muchos años, cuando el español pintaba figuras y naturalezas muertas descompuestas en cubos, y el italiano sus telas “metafísicas”, que crearon todo un movimiento en la pintura de la época. Picasso conserva su primacía, y aún hoy,  cada cambio en su personalidad de pintor significa una nueva revolución. Esto no sucede con Chirico. Desde 1910 hasta 1930 pintó sus plazas desiertas, sus maniquíes de palo, sus interiores inquietantes, creando un  mundo de objetos poéticos en que los surrealistas encontraron una riquísima cantera de ideas plásticas.
Si pensamos en los cuadros de aquella época, y en la influencia que ejercieron, no parece excesivo el juicio de Waldemar George. Pero luego, Chirico sufrió un cambio definitivo, rechazó sus cuadros “metafísicos” como pintura equivocada y de mala calidad, dio la espalda a toda pintura de vanguardia, y comenzó a pintar una serie de cuadros fríos y académicos, basados en el arte del pasado. Las escuadras abandonadas en plazas, los maniquíes con cabeza oval sentados a la sombra de una “loggia”, dieron paso a caballos académicos retozando sobre una playa, a señoritas desnudas, pintadas con la precisión de un Bougereau, repantigadas en sillones, y a peras, flores, sandías y panes pintados con precisión gastronómica.
Sin embargo, sus cuadros “metafísicos” hacen de él una de las figuras básicas de la pintura moderna. Casi todas ellas se encuentran en colecciones francesas y americanas, y son cotizadas en millones de liras.
Hace poco aparecieron en el mercado dos Chirico  de la época valiosa, nadie sabía muy bien de dónde. Un marchand francés los ofreció a un millonario griego, que como buen negociante que quiere estar seguro de la calidad de lo que compra, llamó a un experto particular para que los examinara. Este los encontró inmejorables, pero no podría saber por qué manos habían pasado los cuadros antes de llegar al marchand que los ofrecía, que los había obtenido de tal persona, y ésta de tal otra, y ésta a su vez de una condesa rumana que, según se decía, los había obtenido del pintor mismo ―pero la condesa rumana había muerto y la genealogía del cuadro se cortaba allí. El experto investigó más y más, hasta que llegó a la conclusión de que Chirico jamás había pintado esos cuadros y eran falsificaciones. No se efectuó la transacción comercial, se evitó el escándalo, pero Chirico pasó a la categoría de los pintores cuyos cuadros tiene tanto valor que se los llega a falsificar ―como Rafael, Vermeer y Corot. Este es ya un índice de su prestigio.


Texto de José Donoso -  escrito el 7 de junio de 1961
Tomado de "El Escribidor Intruso", editado por la Universidad Diego Portales, Chile





Las Cónyuges - 1926



Juicio del Adivino - 1913



Primavera de Turin  - 1914



El enigma de la llegada y de la tarde - 1912



La angustia de la salida - 1914



El poeta melancólico - 1916

Todas las imágenes corresponden a obras 
de Giorgio de Chirico


sábado, 20 de abril de 2013

Con flores en las manos

Emanuel Phillips Fox
1865 - 1915


Francesca
Ezra Pound

Saliste de la noche 
con flores en las manos. 
Vas a salir ahora del tumulto del mundo, 
de la babel de lenguas que te nombra.

Yo que te vi rodeada de hechos primordiales, 
monté en cólera cuando te mencionaron 
en oscuros callejones. 
¡Cómo me gustaría que una ola fresca cubriera mi mente 
que el mundo se trocara en hoja seca, 
o en un vilano al viento, 
para que yo pudiera encontrarte de nuevo 
sola!




You came in out of the night
And there were flowers in your hand,
Now you will come out of a confusion of people,
Out of a turmoil of speech about you.

I who have seen you amid the primal things
Was angry when they spoke your name
In ordinary places.
I would that the cool waves might flow over my mind,
And that the world should dry as a dead leaf,
Or as a dandelion see-pod and be swept away,
So that I might find you again,
Alone.



Leopold  Schmutzler
1864 - 1941



Ezra Pound
poeta norteamericano
1885 - 1972


"... Eso de la inspiración no existe: los mejores poemas se escriben en frío. A veces resulta que llevan en sí algo de una verdad eterna, grande. A veces, no son más que buenos ejercicios, pero el buen poeta debe poder escribir buenos versos siempre, aunque no tengan importancia en cuanto a contenido."
Ezra Pound - marzo de 1961


jueves, 18 de abril de 2013

Más que literatura


Walter Crane
1845 - 1915



Realismo mágico,
más que literatura


Al llegar la primavera, el escritor Gabriel García Márquez se llenaba puntualmente de golondrinos, "esos incómodos abscesos que se forman en las axilas y son muy dolorosos. Todas las primaveras. Desesperante. Y le salieron también en la primavera que más necesitaba de sus brazos sanos, la primavera cuando escribía "Cien años de soledad". Le molestaban y dolían más que nunca, hasta que un día, desesperado, se dijo: ―"Voy a joder a uno de los Buendía haciendo que le salgan golondrinos cuando empiecen los primeros calores en Macondo. A ver qué pasa…". Así lo hizo y pasó que el pobre personaje los padece dolorosamente, e increíble pero cierto, liberó a su "hacedor" de la incómoda enfermedad para siempre.
Nunca más le salieron golondrinos al escritor, pero su personaje los seguirá sufriendo eternamente, hasta el fin de los tiempos, cuando, no lo dudo, aún se siga leyendo Cien años de soledad.”  


Esta anécdota es contada por María Pilar Donoso, en El “Boom” Doméstico, un capítulo de la obra de su esposo, José Donoso, titulada Historia personal del “Boom”



Duy Huynh
sitio


Martins de Barros


Christine Ellger
fuente


del libro de cuentos: El oso que amaba los libros
Dennis Haseley - ilustrado por Jim La Marche



Janize Cline
sitio



Gertrude Des Clayes
1879 - 1949

"El coronel Aureliano Buendía entendió que la vejez
no es más que un pacto honrado con la soledad"
de Cien Años de Soledad

Gabriel García Márquez
Premio Nobel de Literatura año 1982


martes, 16 de abril de 2013

Monólogo del Padre...


Carl Schweninger
1854  1903



Monologo del padre con su hijo de meses
Enrique Lihn
de "La Pieza Oscura"


Nada se pierde con vivir, ensaya:
aquí tienes un cuerpo a tu medida
Lo hemos hecho en sombra por amor a las artes de la carne
pero también en serio
pensando en tu visita como en un nuevo juego gozoso y doloroso;
por amor a la vida, por temor a la muerte y a la vida,
por amor a la muerte
para ti o para nadie.

Eres tu cuerpo, tómalo, haznos ver que te gusta como a nosotros este doble regalo que te hemos hecho y que nos hemos hecho.
Cierto, tan sólo un poco del vergonzante barro original,
la angustia y el placer en un grito de impotencia.
Ni de lejos un pájaro que se abre en la belleza del huevo,
a plena luz, ligero y jubiloso, sólo un hombre:
la fiera vieja del nacimiento, vencida por las moscas, babeante y rebosante.

Pero vive y verás el monstruo que eres con benevolencia
abrir un ojo y otro así de grandes,
encasquetarse el cielo, mirarlo todo como por adentro,
preguntarle a las cosas por sus nombres
reír con lo que ríe,
llorar con lo que llora,
tiranizar a gatos y conejos.

Nada se pierde con vivir, tenemos todo el tiempo del tiempo por delante
para ser el vacío que somos en el fondo.
Y la niñez, escucha:
no hay loco más feliz que un niño cuerdo
ni acierta el sabio como un niño loco.
Todo lo que vivimos lo vivimos ya a los diez años más intensamente;
los deseos entonces se dormían los unos en los otros.
Venía el sueño a cada instante,
el sueño que restablece en todo el perfecto desorden
a rescatarte de tu cuerpo y tu alma;
allí en ese castillo movedizo eras el rey, la reina, tus secuaces,
el bufón que se ríe de sí mismo,
los pájaros, las fieras melodiosos.

Para hacer el amor allí estaba tu madre
y el amor era el beso de otro mundo en la frente,
con que se reanima a los enfermos,
una lectura a media voz,
la nostalgia de nadie y nada que nos da la música.

Pero pasan los años por los años y he aquí que eres ya un adolescente.
Bajas del monte como Zaratustra a luchar por el hombre contra el hombre:
grave misión que nadie te encomienda;
en tu familia inspiras desconfianza,
hablas de Dios en un tono sarcástico, llegas a casa al otro día, muerto.
Se dice que enamoras a una vieja, te han visto dando saltos en el aire,
prolongas tus estudios con estudios de los que se resiente tu cabeza.
No hay alegría que te alegre tanto como caer de golpe en la tristeza
ni dolor que te duela tan a fondo como el placer de vivir sin objeto.
Grave edad, hay algunos que se matan porque no pueden soportar la muerte,
quienes se entregan a una causa injusta en su sed sanguinaria de justicia.
Los que más bajo caen son los grandes,
a los pequeños les perdemos el rumbo.
En el amor se traicionan todos,
el amor es el padre de sus vicios.
Si una mujer se enternece contigo le exigirás te siga hasta la tumba,
que abandone en el acto a sus parientes,
que instale en otra parte su negocio.

Pero llega el momento fatalmente en que tu juventud te da la espalda
y por primera vez su rostro inolvidable en tanto huye de ti que la persigues a salto de ojo,
inmóvil, en una silla negra.
Ha llegado el momento de hacer algo parece que te dice todo el mundo
y tu dices que sí, con la cabeza.
En plena decadencia metafísica
caminas ahora con una libretita de direcciones en la mano,
impecablemente vestido,
con la modestia de un hombre joven que se abre paso en la vida,
dispuesto a todo.
El esquema que te hiciste de las cosas hace aire y se hunde en el cielo dejándolas a todas en su sitio.
De un tiempo a esta parte te mueves entre ellas como un pez en el agua.
Vives de lo que ganas, ganas lo que mereces, mereces lo que vives:
eres, por fin, un hombre entre los hombres.

Y así llegas a viejo como quien vuelve a su país de origen después de un viaje interminable corto de revivir, largo de relatar,
te espera en tí la muerte, tu esqueleto con los brazos abiertos,
pero tu la rechazas por un instante,
quieres mirarte larga y sucesivamente en el espejo que se pone opaco.
Apoyado en lejanos transeúntes vas y vienes de negro,
al trote, conversando contigo mismo a gritos, como un pájaro.
No hay tiempo que perder, eres el último de tu generación en apagar el sol
y convertirte en polvo.

No hay tiempo que perder en este mundo embellecido por su fin tan próximo.
Se te ve en todas partes dando vueltas 
en torno a cualquier cosa como en éxtasis.
De tus salidas a la calle vuelves con los bolsillos llenos de tesoros absurdos: guijarros, florecillas.
Hasta que un día ya no puedes luchar a muerte con la muerte y te entregas a ella, a un sueño sin salida, más blanco cada vez, sonriendo, sollozando como un niño de pecho.

Nada se pierde con vivir, ensaya: aquí tienes un cuerpo a tu medida,
lo hemos hecho en la sombra por amor a las artes de la carne 
pero también en serio, pensando en tu visita
para ti o para nadie.



Enrique Lihn 
Poeta, dramaturgo, novelista, crítico y dibujante chileno 
1929 - 1988 
Los poemas de La Pieza Oscura son de 1963





Pablo Picasso
1881 - 1973


Madison Gregory
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Padre e hija
Lucian Freud
1922 - 2011


Padre e hijo
George Bouzianis
1885 - 1959


Padre e hija
Miriam Schapiro
nacida en 1923


Deborah Butts
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William  E. Rochfort
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Father and son in Skagen
Michael Peter Ancher
1849 - 1927


Pavel Filonov
1883 - 1941


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