miércoles, 27 de abril de 2011

Una Piedra en el Camino

"El SEÑOR es mi roca, mi amparo,
mi libertador; es mi Dios,
el  peñasco en que me refugio.
Es mi escudo, el poder que me salva
¡mi más alto escondite! 
Él es mi protector y mi salvador.
Tú me salvaste de la violencia"
(Libro seg. del profeta Samuel)


La Resurrección de Cristo está en el centro de la fe cristiana. Representa el triunfo de la vida sobre la muerte. Se completa en forma victoriosa, el paso de Jesús en la tierra. La Resurrección es la esperanza de todos los cristianos que caminamos hacia la vida verdadera en Cristo.



Una gran piedra
  Llama la atención el relato que hace San Lucas en relación a la Resurrección de Jesús. El dice que “las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea”  vinieron muy de mañana al sepulcro llevando especias aromáticas para ungir el cuerpo de su Señor. Mientras caminaban, seguramente atemorizadas, sabiéndose sin fuerzas, cada una en silencio, pensaban cómo removerían la piedra en la entrada y entonces:
"Encontraron que había sido quitada la piedra que cubría el  sepulcro…se le presentaron dos hombres con ropas resplandecientes. Asustadas se postraron sobre su rostro, pero ellos le dijeron: 
¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?
No está aquí; ¡ha resucitado!"


En la vida cotidiana ocurre algo similar. Conjeturamos cómo resolver situaciones que por difíciles, nos sobrepasan y nos impiden el acercamiento directo con Jesús. Esta pre-ocupación nos hace afanarnos, luego nos invade la ansiedad y la tristeza, y en ocasiones el desaliento y el temor. Sin embargo Dios tiene todo bajo control y todo resuelto.

El Salmo 22  “es la fotografía de las horas más tristes de la vida de nuestro Señor, el testimonio de sus palabras al morir, el vaso que recoge sus últimas lágrimas, el recordatorio de sus gozos al expirar” (Charles Spurgeon). En medio del horror de ese día, Él siguió firme en su confianza en Dios. Creo que no es exagerado pensar que Jesús oró este Salmo (22) palabra por palabra y en esta oración encontró fuerzas para llegar al “Consumado es”, que es la expresión suprema de “entrega” en la fe.

Si aceptamos que Jesús es el Camino, como Él mismo lo dijo, entonces vale la pena recordar que la gran roca ya fue removida. Jesús nos sale al encuentro y podemos disfrutar su compañía y su bendición. 



Otras piedras
En ocasiones los temores y ansiedades se vuelven verdaderos gigantes que cierran el paso. Entonces es necesario abrir nuestros ojos y buscar los guijarros adecuados para enfrentarlos; tan como lo hizo David cuando enfrentó y derribó a Goliat (Libro primero del profeta Samuel)




La última piedra:  la intimidad con Dios
"El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. 
Al que salga vencedor le daré del maná escondido, 
y le daré también una piedrecita blanca en la que está escrito 
un nombre nuevo que sólo conoce el que lo recibe".
Apocalipsis 2: 17



2 comentarios:

Celso dijo...

Dicen que los israelitas se espantaban ante el gran tamaño de Goliat. "Es tan grande que no se le puede vencer", decían. Entonces David recogió una piedra y enfrentandose al gigante pensó: "Es tan grande que no puedo errarle" El resto ya es historia. Es la diferencia entre un obstáculo y una oportunidad.

Clarissa Rodriguez dijo...

Transformar las debilidades en fortalezas y las amenazas en oportunidades (como en los tiempos de los famosos análisis FODA) puede ser todo un desafío y para muchos es la clave del éxito.
Jesús, con su muerte y resurrección tendió el puente que nos lleva de regreso al hogar, al corazón de Dios Padre. Sin embargo creo que allí no hay magia. Transitar el camino de la fe requiere una decisión, perseverar en la esperanza y confiar en la mano amorosa de Dios.

Sr. W muchas gracias por tu aporte!!!
Un gran abrazo

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...