domingo, 16 de diciembre de 2012

Recado de Navidad





Recado de Navidad
Gabriela Mistral
- fragmento -

“Y allí, en el lugar preciso y previsto, al medio de bueyes, y vacas, y asnos está la cosa más ligera y endeble de este mundo que es un Niñito, y hay un viejo barbado tan débil como Él mismo, y una mujer flaca como ambos en cuanto a “fémina”.
Celebramos eso, un Nacimiento el más absurdo y menesteroso que se haya visto. La escena de la noche 1948ava, de rara se pasa a grotesca: hay en aquel establo el estiércol desparramado y el agua turbia, por servida, del abrevadero y brillan aquí y allá unas copas llenas de incienso, mirra y oro. La túnica sucia de José se roza con las mangazas de los Reyes y la pelambre de los animales. Aquella parturienta madre recibe las congratulaciones con la dignidad de la mejor reina judía, y el Niño suelta el llanto con más asombro que cualquier otro, de estar sobre el suelo, de haber rodado y caído de veras y de sentir esta costra dura y fea que mentamos Tierra.
Este suceso disparatado a lo divino no lo entienden mucho las ciudades; los rurales sí, y los vagabundos, en cuanto gente habituada al milagro que brota del planeta o baja de los cielos, a lo más natural y a lo más sorprendente.
Los Reyes ponen en el sucedido un contraste fenomenal que sólo salta de los cuentos. Pero es que también parecerán fábula los treinta y tres años de semejante encarnación.
Los ovejeros, que duermen siempre con una oreja a la escucha, se despiertan al oir la cascada de música que rueda alborotando al ganado: todo el campo sabe, menos la ciudad dormida a pierna suelta, sorda como Jerusalén y las demás del mundo.
Los Ángeles eran asunto familiar para el pueblo judío, llamado delirante a fuerza de ver siempre la Tierra en entrevero de realidad y de sueño.
Todos los que están allí, vistos a la luz de las estrellas, son gente morena, como nosotros, y debió serlo hasta el recién nacido, a pesar de los cromos del cristianismo a la inglesa, y tostado sería después, de vivir al sol de los campos y caminar en pespunteo de aldea en aldea.
(Un poco más allá de Palestina vive el romano blanco, y “sabido”, y dueño del mundo. Pero el recién llegado asomaría en la Judea colonial, y mínima, y paupérrima.)
Lo sobrenatural que manda en esa noche tiene un reverso natural y los asistentes aparecen asombrados pero sin miedo, y se azoran sin dar gritos. Todo en lo Cristiano se moverá dentro de esta manera parecida a la de los lagos que maravillan sin agitarnos.
Los que están allí velando esperaban a Éste, cada uno a su modo y por eso creyeron de golpe a los signos de la noche, a la estrella nueva, a los coros despeñados y al “no se que” del Niño tiritador.
Hay una gran docilidad en este grupo nocturno, un saber y obedecer inmediatos, sin preguntar ni discutir, y en el aire delgado y la tierra gruesa ha debido haber este mismo acuerdo de aceptar y sentirse encantados.  Nuestra lengua llama tal cosa, con cierto desdén, “milagrería”, pero hasta los laicismos suelen vivir por instantes tales “bodas del cielo con la tierra”, según la expresión de Blake, y esto en cierto día o cierta noche en que todo se permea de algún licor que no se probó con los labios pero que se paladea con el alma.
Yo creo, sin ningún sonrojo de vergüenza tonta, en que esta noche cruzan ángeles por encima de la bola empedernida que habitamos, y creo que en aire y aguas hay alguna turbación que sienten niños y animales, nosotros ya no, por sordos y encallecidos y a lo menos dasatentos.”

24 de diciembre de 1948



Margaret Tarrant
1888 - 1959


Joanna Boyce
1831 - 1861



Edward Reginald Frampton
1870 - 1923


Annie Louisa Swynnerton
1844 - 1933



John Singleton Copley
1737 - 1815



Abbott Handerson Thayer
1849 - 1921



Gerard Van Honthorst
1590 - 1656



Sue Shanahan
fuente


Tercera Vela de Adviento
La Vela de Los Pastores

La tercera vela de Adviento representa el gozo que motivó a los pastores a anunciar y a compartir lo que habían visto y oído. Los pastores dejaron sus ovejas porque recibieron las noticias y quisieron ir a ver y comprobar que el Niño había nacido. 
Cuando ellos retornaron hablaron y compartieron con otros estas buenas noticias.
Al encender esta vela nosotros también hoy anunciamos que Cristo el Salvador ya nació.


Vintage card

2 comentarios:

Rosa dijo...

Hay una gran docilidad en este grupo nocturno, un saber y obedecer inmediatos, sin preguntar ni discutir, y en el aire delgado y la tierra gruesa ha debido haber este mismo acuerdo de aceptar y sentirse encantados. Nuestra lengua llama tal cosa, con cierto desdén, “milagrería”, pero hasta los laicismos suelen vivir por instantes tales “bodas del cielo con la tierra”...¡qué bonito!, de verdad, Clarissa, todo lo que nos dejas.

Gracias por tanta ternura y belleza. Tan vivido y ¡vivo!, sobre todo ¡vivo!.

MUchos besos, amiga.

Clarissa Rodriguez dijo...

Gracias Rosita, por tu visita y porque se que compartimos este "Recado de Navidad".

Espero que estos días sean de mucha alegría para ti junto a los tuyos.

Un gran abrazo, querida amiga

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...