Las flores tienen para mí un atractivo y una fascinación que probablemente guarda relación con aquellas tardes de verano en el campo, en Pillanlelbún, al lado de mi abuela paterna.
Ellas crecen, se desarrollan, dan su esplendor y pasan. Las flores cortadas tienen su momento de gloria en un arreglo o en un centro de mesa, brindando alegría en cualquier espacio habitable pero en pocos días irremediablemente morirán.
Si no son cortadas igual mueren para cumplir el patrón genético que tan celosamente guardan (oh! el misterio de la vida).
Tomar conciencia de esa “belleza involuntaria de lo efímero” es participar en la eterna “oda a lo efímero” que vamos componiendo día a día todos los seres vivos de nuestro planeta. Así la archiconocida frase del Eclesiastés “Vanidad de vanidades, todo es vanidad” (Ecl. 1:2) deja el dramatismo de una perspectiva existencial dramática y se convierte en sabiduría.
Los seguidores del arte conceptual efímero unen tres conceptos para construir sus obras: imaginación-realización-memoria.
Ellas crecen, se desarrollan, dan su esplendor y pasan. Las flores cortadas tienen su momento de gloria en un arreglo o en un centro de mesa, brindando alegría en cualquier espacio habitable pero en pocos días irremediablemente morirán.
Si no son cortadas igual mueren para cumplir el patrón genético que tan celosamente guardan (oh! el misterio de la vida).
Tomar conciencia de esa “belleza involuntaria de lo efímero” es participar en la eterna “oda a lo efímero” que vamos componiendo día a día todos los seres vivos de nuestro planeta. Así la archiconocida frase del Eclesiastés “Vanidad de vanidades, todo es vanidad” (Ecl. 1:2) deja el dramatismo de una perspectiva existencial dramática y se convierte en sabiduría.
Los seguidores del arte conceptual efímero unen tres conceptos para construir sus obras: imaginación-realización-memoria.
Walter Mason
Wolfgang Buntrock- "fish" (más cercano al Land Art)
Definitivamente creo que la verdadera belleza de lo efímero queda en la memoria, ese espacio sagrado donde los buenos momentos se dignifican y se perpetúan. Un claro ejemplo de lo que digo son las imágenes que están allí guardadas y que tienen relación con el desarrollo de la propia historia: el rostro tan amado de quienes ya no están, los paisajes recorridos, el viaje maravilloso, el romance que ya pasó, la infancia.
Es verdad: las flores no son eternas pero son inolvidables.
3 comentarios:
creo que de todo lo que dices ahi mas de alguien hadeseado que ojala no fuera si ojala durara para siempre.......
para siempre con tu abuela, para siempre chica, para siempre ahi en el rio.......
para siempre las flores en la mesa
para siempre la fiesta.......
si fuera asi yo no estaria aqui......
y si asi fuera para todos
probablemente las cosasserian taaaaaaaaaaaaaan distintas que no existiria este blog
te qiuero mil
shao wawa =)
Cada uno atesora en la memoria un caudal de momentos que pasaron, y que a veces hubiéramos querido congelar en el tiempo: un lugar hermoso, las olas en el atardecer junto al mar, la persona que ya no está, aquel beso… Pero los momentos son volanderos y se escapan como la brisa entre los dedos, pero la memoria los conserva para poderlos repasar alguna vez. Así, dentro de lo efímero, tienen un esbozo de eternidad. Ojalá fuéramos consientes de que producimos momentos en otras personas, que nos recordarán en el tiempo, y aun cuando ya no estemos, viviremos un poco de eternidad en sus recuerdos…
Todo lo que hacemos en esta vida tiene un reflejo de eternidad. Como también, creo yo, hay un anhelo de eternidad en cada ser humano.
Los grandes creadores del arte conceptual invierten muchos esfuerzos y recursos propios. Trabajan durante años para llevar a cabo obras que probablemente se exhibirán un par de semanas. De esta manera intentan provocar una perturbación, algo que capture lo efímero
"Todos nuestros proyectos son totalmente inútiles e irresponsables. Nadie ha requerido de estas obras. Son sólo un grito de libertad artística" frase de Christo Javacheff, el artista de monumentales e inolvidables obras efímeras.
Un abrazo desde siempre, Sr.W
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