martes, 12 de abril de 2011

Ay Padre Mio

Ya  estamos solos tú y yo en la buhardilla
Ay padre mío
Se derrumbaron las paredes
Y el cuerpo volvió a la nada
Del cielo azul en torno nuestro caen castores
Ya logro ver más clara tu cara
Te veo llorando
Y ambos tenemos los mismos años esta noche
Al borde de las manos que ella ha dejado

Son las diez
El péndulo que en sus horas se oye
Y la sangre que va retrocediendo
Ya no hay nadie

La casa está cerrada
Y lejos el viento empuja a una estrella solitaria

Ya no hay nadie
Pero tú sigues ahí
Ay padre mío
Y como una enredadera
Se entrelazan nuestros brazos
Y vas borrando mis lágrimas
Mientras te quemas los dedos.

30 de Mayo de 1932


René Guy Cadou


(traducción de Jacinto-Luis Guereña)


30 Mai 1932
René Guy Cadou

Il n’y a plus que toi et moi dans la mansarde
Mon père
Les murs sont écroulés
La chair s’est écroulée
Des gravats de ciel bleu tombent de tous côtés
Je vois mieux ton visage
Tu pleures
Et cette nuit nous avons le même âge
Au bord des mains qu’elle a laissées

Dix heures
La pendule qui sonne
Et le sang qui recule
Il n’y a plus personne

Maison fermée
Le vent qui pousse au loin une étoile avancée

Il n’y a plus personne
Et tu es là
Mon père
Et comme un liseron
Mon bras grimpe à ton bras
Tu effaces mes larmes
En te brûlant les doigts.






4 comentarios:

Doña Eñe dijo...

Clarissa, otro precioso poema. La traducción es tan buena que no parece traducción, algo dificilísimo de lograr sobre todo tratándose de poesía.
Me encanta la línea que dice "ambos tenemos los mismos años esta noche" porque refleja que padre e hijo están unidos por un mismo sentimiento de tristeza.
Gracias y un abrazo.
:-)

Clarissa Rodriguez dijo...

A René Guy Cadou lo conocí a través del escritor chileno contemporáneo, Antonio Skármeta.
El protagonista de la breve novela de Skármeta, “Un Padre de Película”, menciona al poeta René Guy Cadou y lo describe como de “versos de aldea y no de catedrales de palabras”. Lo demás es muy predecible: no paré hasta encontrarme con esa “poesía de aldea” que además es elogiada por otro chileno (ya desaparecido lamentablemente), Jorge Teillier.

Teillier le dedica un poema a Guy Cadou, que comienza diciendo:
“Poeta de nombre claro como un guijarro en medio de la corriente,∕reunías palabras que eran pedernales∕de donde nace un fuego que no es olvidado.∕René-Guy Cadou, amigo del tonelero, el cartero, el aduanero y el contrabandista,∕vivías en una aldea de seiscientos habitantes.∕
Allí eras profesor rural…”

Finalmente, los versos que Guy Cadou rotula 30 Mai 1932 creo que no requieren comentario alguno. Están dictados desde la madurez, desde la ausencia y con el profundo amor de un hijo o hija hacia el padre.

Doña Eñe, ha sido una gran alegría encontrar tu comentario y saber que compartes estas emociones.
Un abrazo

Beatrice dijo...

Hermoso poema amiga, yo lo conocí por el poema de Teillier y me encantó su vida tan simple, alejado de las luces en un pueblo rural.
¡Bellísimo!

Clarissa Rodriguez dijo...

Beatriz, gracias por tu comentario.
Es notable que por distintas circunstancias, llegamos a compartimos el gusto por algunos autores. Sin duda es algo más que afinidad literaria.

Un abrazo querida amiga!

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