sábado, 23 de febrero de 2013

Letras y Palabras

Nube de palabras
¿Lloverá un poema?
Inspiración
Ulalume González León



James Fryer



Dos Palabras
(Fragmento )
Isabel Allende



Tenía el nombre de Belisa Crepusculario, pero no por fe de bautismo o acierto de su madre, sino porque ella misma lo buscó hasta encontrarlo y se vistió con él. Su oficio era vender palabras. Recorría el país, desde las regiones más altas y frías hasta las costas calientes, instalándose en las ferias y en los mercados, donde montaba cuatro palos con un toldo de lienzo, bajo el cual se protegía del sol y de la lluvia para atender a su clientela. No necesitaba pregonar su mercadería, porque de tanto caminar por aquí y por allí, todos la conocían. Había quienes la aguardaban de un año para otro, y cuando aparecía por la aldea con su atado bajo el brazo hacían cola frente a su tenderete. Vendía a precios justos. Por cinco centavos entregaba versos de memoria, por siete mejoraba la calidad de los sueños, por nueve escribía cartas de enamorados, por doce inventaba insultos para enemigos irreconciliables. También vendía cuentos, pero no eran cuentos de fantasía, sino largas historias verdaderas que recitaba de corrido sin saltarse nada. Así llevaba las nuevas de un pueblo a otro. La gente le pagaba por agregar una o dos líneas: nació un niño, murió fulano, se casaron nuestros hijos, se quemaron las cosechas. En cada lugar se juntaba una pequeña multitud a su alrededor para oírla cuando comenzaba a hablar y así se enteraban de las vidas de otros, de los parientes lejanos, de los pormenores de la Guerra Civil. A quien le comprara cincuenta centavos, ella le regalaba una palabra secreta para espantar la melancolía. No era la misma para todos, por supuesto, porque eso habría sido un engaño colectivo. Cada uno recibía la suya con la certeza de que nadie más la empleaba para ese fin en el universo y más allá


Dos Palabras es uno de los Cuentos de Eva Luna de Isabel Allende.

El cuento se podría resumir de la siguiente manera:
Belisa Crepusculario es una mujer humilde, que sale de su casa en busca de mejor vida. En un viaje aprende a escribir y a leer, y eso le da la idea de vender historias y palabras. Una mañana de agosto fue secuestrada y llevada ante un importante personaje, “el Coronel”, que necesita ayuda para lanzar su campaña presidencial.
Belisa, como de costumbre, hizo su trabajo, recibió su pago y le dio unas palabras secretas. La campaña del Coronel fue exitosa, pero poco antes de las elecciones el Coronel empezó a enloquecer. Mulato, su amigo, fue en busca de Belisa creyendo que ella había embrujado a su jefe con aquellas dos palabras.
Cuando ella llegó delante del Coronel todo quedó muy claro. Las dos palabras habían hechizado de amor el corazón del Coronel.



Selcuk Demirel



Selcuk Demirel



Selcuk Demirel
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Collage
desconozco el autor



Catrin Welz-Stein
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Catrin Welz-Stein
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Jessica Piqueras
fuente


Dictionarty



Cecilia Ferreira



José Rosero
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Alessandra Cimatoribus
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Kai Pannen
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Kai Pannen
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2 comentarios:

Francisco Méndez S. dijo...

Hermoso cuento de Isabel Allende acerca del poder de las palabras. a veces bastan solo dos palabras para cambiarnos.

Las ilustraciones muy bien escogidas. Felicitaciones.

Abrazo amiga.

Clarissa Rodriguez dijo...

Gracias Francisco.

Las palabras, dicen, generan realidad.

Las palabras dichas en voz alta tiene mucha fuerza, especialmente cuando van acompañadas de una intencionalidad.

Un abrazo, querido amigo

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