sábado, 19 de marzo de 2011

Por Japón

4
Callan las cuerdas.
La música sabía
lo que yo siento.




5
Hoy no me alegran
los almendros del huerto.
Son tu recuerdo.


16
Lejos un trino.
El ruiseñor no sabe
que te consuela


17
La vieja mano
sigue trazando versos
para el olvido.


La belleza de estos haikus, de Jorge Luis Borges, viene bien para dedicar un pensamiento solidario a Japón. Un pueblo devastado tantas veces, pero que ha sabido levantarse una y otra vez.
Quizás ahora, la única pregunta posible es 
cuánto tiempo le tomará levantarse esta vez.

Me conmueve pensar en aquellos trabajadores anónimos que, aún hoy, continúan la lucha en la central nuclear de Fukushima Dai-Ichi asumiendo un riesgo, el mayor de todos.
En ellos aun vive ese “espíritu japonés” o “yamato-damashii” que en su connotación más amable asume el valor, el patriotismo y la dedicación, por sobre el interés individual. Es la complejidad del alma de un pueblo que sabe cubrir con un velo de belleza aun 
el sufrimiento y la muerte.


“Los delicados hilos de agua caían en el río sin alterar su superficie”
Tomado de “Lo Bello y lo Triste” novela de Yasunari Kawabata


3 comentarios:

Celso dijo...

Los japoneses tienen algo de estoicos, de respeto por la nobleza de las acciones, el sacrificio por el bien común. Ojalá lo de las plantas nucleares no pase a mayores. Ya tuvieron suficiente con Hiroshima y Nagasaki en su momento... Ahora con el terremoto y el tsunami han sufrido mucho, pero yambién han dado una lección de orden...

Anónimo dijo...

Tengamos esperanza en ese "espíritu japonés"!!

Mi querido Sr. W gracias por tu visita. Se que tienes mucha bondad en tu alma.
Un abrazo!

pisstolgirl dijo...

jelouuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
un besooooooooooooooooooooo
te amooooooooooooooooooooo
te echo de menos
una flor y un beso y un miau miau

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