domingo, 22 de abril de 2012

El Padre

“…y que alguien se mida conmigo 
a tener padre tan errante,
a tener padre tan llovido”
Pablo Neruda

Eleanor Fortescue-Brickdale

El padre
Pablo Neruda


El padre brusco vuelve
de sus trenes:
reconocimos
en la noche
el pito
de la locomotora
perforando la lluvia
con un aullido errante,
un lamento nocturno,
y luego
la puerta que temblaba:
el viento en una ráfaga
entraba con mi padre
y entre las dos pisadas y presiones
la casa
se sacudía,
las puertas asustadas
se golpeaban con seco
disparo de pistolas,
las escalas gemían
y una alta voz recriminaba, hostil,
mientras la tempestuosa
sombra, la lluvia como catarata
despeñada en los techos
ahogaba poco a poco el mundo
y no se oía nada más que el viento
peleando con la lluvia.
Sin embargo, era diurno.
Capitán de su tren, del alba fría,
y apenas despuntaba
el vago sol, allí estaba su barba,
sus banderas verdes y rojas, listos los faroles,
el carbón de la máquina en su infierno,
la Estación con los trenes en la bruma
y su deber hacia la geografía.

El ferroviario es marinero en tierra
y en los pequeños puertos sin marina
—pueblos del bosque— el tren corre que corre
desenfrenando la naturaleza,
cumpliendo su navegación terrestre.
Cuando descansa el largo tren
se juntan los amigos,
entran, se abren las puertas de mi infancia,
la mesa se sacude,
al golpe de una mano ferroviaria
chocan los gruesos vasos del hermano
y destella el fulgor de los ojos del vino.

Mi pobre padre duro allí estaba, en el eje de la vida,
la viril amistad, la copa llena.
Su vida fue una rápida milicia
y entre su madrugar y sus caminos,
entre llegar para salir corriendo,
un día con más lluvia que otros días
el conductor José del Carmen Reyes
subió al tren de la muerte y hasta ahora no ha vuelto.


Morgan Weistling

Aapo Pukk - fuente

Elexander Deineka - fuente
Mary Cassatt

Gabriel Decker

Carl Larsson


Friedrich Von Amerling


imagen tomada de la web


El Padre - mi padre

El padre
de Memorial de Isla Negra - 1964
Pablo Neruda


4 comentarios:

Francisco Méndez S. dijo...

Preciosa entrada dedicada al Padre, gran poema de Pablo Neruda, .....un día con más lluvia que otros días
el conductor José del Carmen Reyes
subió al tren de la muerte y hasta ahora no ha vuelto.


PS. La entrada "Matar un elefante" de George Orwell, la había borrado en un descuido, afortunadamente la pude recuperar, aparece de nuevo. Viajo a España y vuelvo en 15 días, así que estaba dejando entradas programadas. Gracias por avisarme.

Abrazo y feliz domingo Clarissa.

Clarissa Rodriguez dijo...

Hay una mezcla de emociones en este poema "El Padre" con las que me identifico. Una mezcla de cariño, temor, respeto y admiración. Me gusta también aquello de que "hasta ahora no ha vuelto" porque supone una presencia viva en alguna parte... en el corazón.

Francisco, pasaré por tu blog para leer una vez más "Matar un elefante". De algún modo se relaciona con un tema que está en los medios...

Gracias por tu visita Francisco. Que te vaya muy bien. Como dice el salmista: "El Señor guarda tu salida y tu entrada; desde ahora y para siempre"

Eva Ferrer dijo...

Era extraño aquel hombre,
o por tal lo tomaron,
porque besaba todo
lo que hallaba a su paso.
Besaba a las personas,
al perro, al mobiliario
y mordía dulcemente
la ventana de un cuarto.

Cuando salía a la calle
le iba besando al barrio
las esquinas, aceras,
portales y mercados,
y en las noches de cine
(también las de teatro)
besaba su butaca
y las de sus costados.

Por estas y otras muchas
los cuerdos lo llevaron
donde nadie lo viera,
donde no recordarlo,
y cuentan que en su celda
besaba sus zapatos,
su catre, sus barrotes,
sus paredes de barro.

Un día sin aviso,
murió aquel hombre extraño
y muy naturalmente
en tierra lo sembraron.
En ese mismo instante,
desde el cielo, los pájaros
descubrieron que al mundo
le habían nacido labios.

Esta canción de Silvio Rodriguez
refleja lo que era mi padre
sin sus raices yo no tendria ramas a las que agarrarme, es el gran arbol que nos da sombra, Un lugar donde reposar para coger energias y seguir adelante, el es la tierra y los sueños y el cielo.
Como ves Clarissa logras remover siempre el fondo del mar...y parecía tan calmo...
Un abrazo amiga.

Clarissa Rodriguez dijo...

Que hermoso lo que nos has aportado Eva.
Mi padre también está "sembrado".
De tanto en tanto, el viento trae el eco inconfundible de su voz serena y algo en el cielo se extiende como una sombra protectora, como una oración ya dicha.

Un gran abrazo, amiga

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