lunes, 14 de mayo de 2012

Danza





326
No puedo bailar en puntas de pie --
nadie me lo enseñó --
pero a menudo, en mi mente,
un júbilo me posee,


que si tuviera conocimiento de ballet --
lo demostraría
en piruetas para palidecer a una compañía de ballet --
o enloquecer a una prima donna,

y aunque no tuviera túnica de gasa --
ni rulos en mi pelo,
ni saltara en audiencias -- como los pájaros,
con una pata en el aire,

ni sacudiera mis formas en bailes de plumas,
ni avanzara en ruedas de nieve
hasta quedar fuera de la vista, en sonido,
la casa me retiene tanto --

nadie sabe que conozco el arte
que menciono -- placentera -- aquí --
ningún cartel es mi propaganda --
me aclaman como en la Òpera --


Poema de Emily Dickinson 
Versión de Silvina Ocampo. Del libro "Poemas" - (Tusquets)








326

I cannot dance upon my Toes --
No Man instructed me --
But oftentimes, among my mind,
A Glee possesseth me,

That had I Ballet knowledge --
Would put itself abroad
In Pirouette to blanch a Troupe --
Or lay a Prima, mad,

And though I had no Gown of Gauze --
No Ringlet, to my Hair,
Nor hopped to Audiences -- like Birds,
One Claw upon the Air,

Nor tossed my shape in Eider Balls,
Nor rolled on wheels of snow
Till I was out of sight, in sound,
The House encore me so --

Nor any know I know the Art
I mention -- easy -- Here --
Nor any Placard boast me --
It's full as Opera --

Emily Dickinson
















Imágenes: fotografías de Lois Greenfield 
artista contemporánea




Emily Dickinson, poeta estadounidense
1830-1886
Hoy día su obra es ampliamente conocida, apreciada y difundida. La mayoría de sus poemas fueron editados en forma póstuma, quedando muchas dudas relacionadas con el orden cronológico de sus poemas, los que se sabe, ella escribió en los márgenes de sus libros, en trozos de periódicos o en papeles sueltos, sin fecha, orden, o título alguno.
En relación con los extraños guiones, aparentemente al azar, así como el uso de mayúsculas en sus poemas, no existe una explicación. Algunos expertos en su obra se preguntan dónde acaba un verso y comienza otro. Por todas estas razones, la numeración de sus poemas puede ser arbitraria.

La escritora argentina, Silvina Ocampo  (1903-1994), tradujo o “versionó” 596 poemas, en un cuidadoso trabajo que nos permite disfrutar el universo de Dickinson, con toda su riqueza cristalina e íntima.


2 comentarios:

Celso dijo...

Bonito poema el de Dickinson, pero más de atrae la levedad de las imágenes que has compartido. ¿Será posible, en un esfuerzo supremo, vencer las leyes de la Naturaleza y emprender el vuelo?

Cariños...

W.-

Clarissa Rodriguez dijo...

Oh, El eterno sueño de volar!
La danza, el dominio del cuerpo a través de la técnica y la disciplina, nos eleva a la belleza etérea del espíritu. En cierta forma nos hace "despegar" los pies del suelo.

Un poema, una palabra cariñosa, una sonrisa, en ocasiones también nos hace "volar" muy alto.

Querido amigo, gracias por tu visita y tu comentario.

Un gran abrazo.

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