domingo, 28 de noviembre de 2010

Tiempo de Adviento


Para vivir Adviento en este espacio quiero comenzar recordando 
los “Soliloquios de Belén” 
Son 9 sencillos monólogos relacionados con el Nacimiento del Niño Jesús.

Lo interesante de esta obra de Giovanni Papini es la sencillez y la gracia con que cada supuesto narrador (hombre o animal) entrega su visión del Nacimiento





De Soliloquios de Belén
EL POSADERO
   
Aunque me hubiera quedado una habitación libre, desde luego no se la hubiera dado a esa pareja. Gente sospechosa. Han dicho que eran marido y mujer, pero yo no me chupo el dedo y a mí no me la pegan.
El es demasiado viejo y ella demasiado joven. Y como está encinta… Tal vez es el padre que la ha sacado de su pueblo para evitar el escándalo. Pero la mía es una posada honrada, y aquí no quiero partos clandestinos.
Por otra parte, no me parece que la trate como a una hija. Ese vejete la mira como si fuera una cosa santa y casi con reverencia. Acaso es un criado de confianza que ha cargado con este bonito trabajo… De todas maneras, su marido no es. Y ella, con ese aire inocente y casto como si no se avergonzase de nada… Y debe de estar en los últimos días. Ya te digo yo que las apariencias… ¡Fíate de las mujeres! Parece una virgen y está a punto de ser madre. ¡Hay que ver! Y luego, como si no bastara, huelen a miseria desde una legua. Y en mi casa no quiero pobres. Serían capaces de plantarse aquí durante un mes, con la excusa de la parturienta, y al final de todo oírles decir que no tienen bastante dinero para pagar la cuenta.
Si hubieran llegado con bonitos vestidos y con la bolsa llena acaso hubiera podido encontrar un rinconcito para ellos. El mozo podía haber ido a dormir a casa de sus hermanos durante algunas noches… Cuando el oro está de por medio todo se arregla. Pero con éstos no hay nada que hacer. Ella lleva un vestido cualquiera que yo me avergonzaría de dar a mi mujer, y él un manto liso que debe tener más años que quien lo lleva. Además, habría el peligro de que los gritos de ella y los lloros del niño molestaran a los otros viajeros. ¡Buena cosa encontrarse la posada vacía por culpa de dos vagabundos misteriosos! Aseguran que son galileos, pero el refrán dice que de Galilea nunca puede venir nada bueno.
¡He hecho bien en sacármelos de encima!
Un agujero en cualquier sitio lo encontrarán seguro antes que sea de noche.




A pesar de lo hermosa que es la ceremonia de Adviento y toda su simbología,  creo que mucho más importante es vivir Adviento cada día. Prepararnos para la celebración más relevante del mundo cristiano con humildad y recogimiento. Especialmente detener la carrera competitiva de los regalos y las fiestas. Recuperando la alegría de las cosas sencillas, el gesto amoroso y el saludo cariñoso. 
Adviento es también tiempo de dar y expresar amor.

2 comentarios:

Edelia's Club dijo...

Bonita entrada,amiga. Hoy precisamente estaba leyendo:
"Es el Adviento un tiempo de gracia. Con muy poquito se puede encender el fuego de nuestro hogar y esperar así la llegada de Jesús".

"Él está aquí. eres tú quien lo alejas. AMA y estará cerca".(San Agustín)

Un abrazo en la distancia.

Con Claridad dijo...

Querida, tengo la certeza de que El está bien cerca, entre nosotros y entre nosotras.
La idea es precisamente esa: "...esperar la llegada de Jesús". Por lo demás, "El conoce la intención del corazón"

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