jueves, 22 de marzo de 2012

Otoño


Svetlana Valuyeva

Oda Al Otoño
de John Keats

Estación de las nieblas y fecundas sazones,
colaboradora íntima de un sol que ya madura,
conspirando con él cómo llenar de fruto
y bendecir las viñas que corren por las bardas,
encorvar con manzanas los árboles del huerto
y colmar todo fruto de madurez profunda;
la calabaza hinchas y engordas avellanas
con un dulce interior; haces brotar tardías
y numerosas flores hasta que las abejas
los días calurosos creen interminables
pues rebosa el estío de sus celdas viscosas.

¿Quién no te ha visto en medio de tus bienes?
Quienquiera que te busque ha de encontrarte
sentada con descuido en un granero
aventado el cabello dulcemente,
 o en surco no segado sumida en hondo sueño
aspirando amapolas, mientras tu hoz respeta
la próxima gavilla de entrelazadas flores;
o te mantienes firme como una espigadora
cargada la cabeza al cruzar un arroyo,
o al lado de un lagar con paciente mirada
ves rezumar la última sidra hora tras hora.

¿En dónde con sus cantos está la primavera?
No pienses más en ellos sino en tu propia música.
Cuando el día entre nubes desmaya floreciendo
y tiñe los rastrojos de un matiz rosado,
cual lastimero coro los mosquitos se quejan
en los sauces del río, alzados, descendiendo
conforme el leve viento se reaviva o muere;
y los corderos balan allá por las colinas,
los grillos en el seto cantan, y el petirrojo
con dulce voz de tiple silba en alguna huerta
y trinan por los cielos bandos de golondrinas.

Versión de Màrie Montand


John William Waterhouse
To Autumn
John Keats
  
Season of mists and mellow fruitfulness, 
  Close bosom-friend of the maturing sun; 
Conspiring with him how to load and bless 
  With fruit the vines that round the thatch-eves run; 
To bend with apples the moss’d cottage-trees,        
  And fill all fruit with ripeness to the core; 
    To swell the gourd, and plump the hazel shells 
With a sweet kernel; to set budding more, 
  And still more, later flowers for the bees, 
  Until they think warm days will never cease,         
    For Summer has o’er-brimm’d their clammy cells. 

Who hath not seen thee oft amid thy store? 
  Sometimes whoever seeks abroad may find 
Thee sitting careless on a granary floor, 
  Thy hair soft-lifted by the winnowing wind;         
Or on a half-reap’d furrow sound asleep, 
  Drows’d with the fume of poppies, while thy hook 
    Spares the next swath and all its twined flowers: 
And sometimes like a gleaner thou dost keep 
  Steady thy laden head across a brook;         
  Or by a cyder-press, with patient look, 
    Thou watchest the last oozings hours by hours. 
  
Where are the songs of Spring? Ay, where are they? 
  Think not of them, thou hast thy music too,— 
While barred clouds bloom the soft-dying day,         
  And touch the stubble plains with rosy hue; 
Then in a wailful choir the small gnats mourn 
  Among the river sallows, borne aloft 
    Or sinking as the light wind lives or dies; 
And full-grown lambs loud bleat from hilly bourn;         
  Hedge-crickets sing; and now with treble soft 
  The red-breast whistles from a garden-croft; 
    And gathering swallows twitter in the skies.

Jessie Willcox Smith

Princesa de Otoño - Armand Point

Alejandro de Riquer

Tom Scott

Amor en otoño - Simeon Solomon

Kris Lewis
del fotógrafo Stijn Coppens - fuente

John Keats, destacado poeta británico
1795 - 1821
Este canto al otoño fue publicado un año antes de la muerte del poeta.
Una breve y romántica existencia que revive en cada verso, cada vez que alguien lo lee. 


Otra traducción comienza diciendo:
« estación de la bruma y la dulce abundancia »
como en la versión de SUREANDO

4 comentarios:

Francisco Méndez S. dijo...

Buen poema de John Keats uno de mis poetas favoritos. me gusta que lo hayas publicado en inglés y en castellano.

El otoño esta magistralmente descrito por J. Keats en este poema

Abrazo Clarissa

Clarissa Rodriguez dijo...

Aquí en Chile son evidentes todos los signos visibles del Otoño.
A veces tengo la impresión que el Otoño trabaja para el Invierno. Poco a poco va desplegando sus colores, moviéndose y apropiándose de los follajes hasta que queda todo despejado y entonces aparece el Invierno y se instala…

Pero la poesía de J. Keats va muchos más allá de los signos visibles del Otoño y parece hablarnos de la vida misma...

Abrazo Francisco

Beatrice dijo...

Gracias Clarissa por ese link.
Me gusta este poema y elijo la última foto.
Es bello el otoño y como bien dices, trabaja para el invierno, pero yo creo que la que se lleva más trabajo es la primavera.
Un abrazo

Clarissa Rodriguez dijo...

Para mi todas las estaciones tienen su encanto.

Estoy de acuerdo contigo, Beatriz en la belleza del Otoño.

Así como el Otoño trabaja para el Invierno, el Invierno trabaja para la Primavera. Es en la oscuridad fría y secreta del Invierno donde se elaboran los vestidos de la Señorita Primavera. En fin, el Buen Dios y Creador es quien sostiene este ritmo y este diseño.

Un abrazo, amiga

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