miércoles, 19 de octubre de 2011

Alisado y prolijo

ODA PARA PLANCHAR

La poesía es blanca:
sale del agua envuelta en gotas,
se arruga, y se amontona,
hay que extender la piel de este planeta,
hay que planchar el mar de su blancura
y van y van las manos,
se alisan las sagradas superficies
y así se hacen las cosas:
las manos hacen cada día el mundo,
se une el fuego al acero,
llegan el lino, el lienzo y el tocuyo
del combate de las lavanderías
y nace de la luz una paloma:
la castidad regresa de la espuma.

Oda para planchar
Pablo Neruda
de su libro PLENOS PODERES


Young woman ironing - Louis-Léopold Boilly, 1800

The laundresses - Edgar Degas, 1884

Woman ironing - Edgar Degas, 1887

Konstantin Makovsky

Konstantin Makovsky

William Selwyn

Mujer planchando - Pablo Picasso


Mujer planchando - François Bonvin (1817-1887)


Taller de planchado - Louis Joseph Anthonissen (1849-1913)


Laundry maid -  desconozco el autor

Robert Henry Morland

Alisado y prolijo

Me ha llamado la atención que una actividad tan doméstica (hasta diría tediosa) no ha pasado desapercibida para el artista y el poeta. En nuestros días, con la llegara de las telas sintéticas, mezcla de algodón y poliéster, cada vez se usa menos la plancha. El rito del planchado se ha reducido a la mínima expresión.
Ahora quisiéramos planchar la piel para “alisar” el paso del tiempo o planchar los cabellos, frizzados por la agresividad del medio ambiente.

Alisado y  prolijo era ese bello y albo campo extendido sobre la mesa familiar o ese “sobre” abierto, remanso sereno de sueños y dulzura.

Planchando... se alisan las sagradas superficies


Mujer planchando - Max Liebermann


4 comentarios:

Beatrice dijo...

Me encantan tus entradas temáticas Clarissa. Qué bellas imágenes para esa labor tediosa.
Y Neruda con sus odas, abarcó todo.
Un abrazo

Clarissa Rodriguez dijo...

Cuando las manos ejecutan acciones tan repetidas, parece que el pensamiento queda liberado para extender, una a una, sus propias "telas", y la imaginación adquiere alas.

Beatriz, que alegría tu visita!

Doña Eñe dijo...

Preciosos versos del gran Neruda, que también las tareas cotidianas pueden resultar poéticas.
Muy buena selección de cuadros.
Hoy se planchan rostros en vez de telas, pero las arrugas de verdad son las del alma y esas sólo las plancha Dios.
Gracias por compartir tanta belleza, Clarissa.
:)

Clarissa Rodriguez dijo...

El paso del tiempo va dejando huellas, pliegues o cicatrices que, como tu dices Doña Eñe, sólo Dios podría "planchar" en el gran lienzo de nuestra vida.

Feliz fin de semana, amiga!

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