"Para ti, la mejor ofrenda es la humildad.
Tú, mi Dios, no desprecias a quien con sinceridad
se humilla y se arrepiente de su maldad."
Salmo 51Cuento Navideño
The Other Wise Man
El Otro Rey Mago
Henry van Dyke – teólogo estadounidense 1852-1933
Esta es la historia de Artabán, el personaje principal del cuento navideño “El Otro Rey Mago”.
Guiado también por un mapa del cielo, este personaje había separado tres preciosos y costosos regalos para ir a adorar al Rey Redentor. Cuando está pronto a unirse a la caravana se encuentra en el camino con un moribundo. El hombre había sido asaltado. Artabán se detiene, cura sus heridas y le ofrece un diamante como capital para que re arme su vida.
Pronto intenta retomar su camino pero sus compañeros de viaje han partido. Continua solitario y llega a Judá. Sin embargo allí no logra encontrar ni a los magos ni al precioso Niño. Lo que encuentra es un panorama desolador. Por orden de Herodes los soldados están degollando a todos los recién nacidos varones, dejando a su paso una estela de llanto y muerte. En ese momento una madre desesperada se cruza en su camino suplicando ayuda.
Artabán está frente al soldado que sostiene en una mano a un niño y en la otra la espada. Ahí mismo le ofrece un rubí destinado al Hijo de Dios, a cambio de la vida del niño. En esta actitud es sorprendido, apresado y encerrado en el palacio de Jerusalén.
Treinta años duró su cautiverio. Entretanto escuchó los ecos de prodigios y milagros, consejos y promesas de un Mesías que no era sino el Rey de Reyes a quien un día había salido a buscar.
El día en que es dejado en libertad, vagando por las calles de Jerusalén se encuentra con el anuncio de la crucifixión de Jesús. Encamina sus pasos al Gólgota para ofrecerle el único regalo que aún conserva y la adoración tan largamente postergada. Al pasar junto al mercado se da cuenta que un padre está subastando a su hija para saldar sus deudas. Artabán se apiada de ella, compra su libertad con el trozo de jaspe que es la última ofrenda que le queda.
En ese preciso momento la tierra tiembla, se rasga el velo del templo, caen los muros y Jesús muere.
Artabán cae en una semiinconsciencia y escucha una voz que le dice: “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me cubriste, estuve enfermo y me curaste, fui prisionero y me libraste”
Desorientado y exhausto Artabán pregunta “Señor, ¿cuándo te vi?”
La misma voz responde: “lo que hiciste por tus hermanos desvalidos, a mi lo hiciste”
Artabán finalmente había completado su búsqueda
del archivo fotográfico de National Geographics - "Oasis" del fotógrafo Nam En Geun |
"Sabemos que Dios va preparando todo para el bien de los que le aman"
Epístola de San Pablo a Los Romanos
3 comentarios:
Precioso cunto. es un placer visitarte. Gracias por traernoslo.
Preciosa reflexión la que traes hoy.
"Lo que hiciste por tu hermano desvalido...." Cuántas oportunidades se nos ofrecen para hecer algo por los desvalidos, los pobres, los necesitados....
Pienso yo que es pobre y desvalido el que carece de cosas materiales necesarias, pero es también pobre o desvalido el que carece de cariño, de comprensión, de compañía, de una palabra amable.....
¡Hay tantos pobres y desvalidos en este mundo, en estos días!
"La mies es mucha".Qué gran verdad.
¡Un abrazo navideño!
Los cuentos tiene esa gracia de resonar en cada persona de distintas formas, todas muy subjetivas pero no menos válidas.
A mi me impresionó cuando leí este cuento, porque me reforzó la idea de que muchas veces, cuando parece que todo está perdido, que nada es como uno se lo ha propuesto, entonces surge aquello inesperado, la chispa divina. Aun hoy Dios nos sigue sorprendiendo con nuevas alegrías.
Edelia, es muy cierto lo que dices. Por eso me gusta esa frase "nadie es tan pobre que no pueda regalar una sonrisa, ni tan rico que no la necesite"
Vicky, muchas gracias por tu comentario. (Tus trabajos me transmiten alegría y optimismo)
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