martes, 28 de diciembre de 2010

El Renuevo

“Porque si el árbol fuere cortado, 
aún queda de él esperanza; retoñecerá aún,
Y sus renuevos no faltarán.
Si se envejeciere en la tierra su raíz,
 Y su tronco fuere muerto en el polvo,
Al percibir el agua reverdecerá, 
Y hará copa como planta.”
(Job cap. 14)


"nací entre los cardos
y el agua espumosa.
Chol Chol me llamaron
por ser tierra hermosa"


"¿tiene padre la lluvia?
¿Quién engendró las gotas del rocío?”
Job capitulo 38

"He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos,
Ni se puede seguir la huella de sus años.
El atrae las gotas de las aguas,
Al transformarse el vapor en lluvia,
La cual destilan las nubes,
Goteando en abundancia sobre los hombres.
¿Quién podrá comprender la extensión de las nubes,
Y el sonido estrepitoso de su morada?"
(Job cap. 36)


“El que tenga sed, venga, y el que quiera tome gratis el agua de vida”
(Apocalipsis)



El libro de Job es uno de los libros poéticos de la Biblia, en el Antiguo Testamento. Narra la historia del sufrimiento de un hombre justo y bueno, piadoso y fiel a Dios.
Según el relato, es Dios mismo quien ha permitido que su vida se convierta en un desastre, enfrentando una sucesión de dolores, enfermedad y muerte.
El dolor humano y el sufrimiento han sido abordados desde diversos ángulos en la literatura, las artes, la medicina, la psiquiatría y diversas otras disciplinas. Ahora mismo para hablar del tema, quiero apropiarme de las palabras de escritor C.S. Lewis, quien en el prólogo de su libro “El Problema del Dolor” dice:
Jamás he caído en la insensatez de considerarme calificado para la tarea superior de educar en fortaleza y paciencia, ni tengo nada que ofrecer a mis lectores, aparte del convencimiento de que —al vernos enfrentados al dolor— un poco de valentía ayuda más que mucho conocimiento; un poco de comprensión, más que mucha valentía, y el más leve indicio del amor de Dios, más que todo lo demás."


Dolor y alegría, tristeza y felicidad parecen estar constantemente polarizando el emocionar humano. “El Temor y la Felicidad“ es un ensayo del chileno Sergio Peña y Lillo. En su presentación introductoria comienza haciendo referencia a la leyenda del Santo Grial (o Graal) atribuida al Ciclo Artúrico. La leyenda relata la búsqueda del Cáliz de Cristo perdido por los hombres y dice que sólo alguien de corazón puro y que venciera el temor podría recuperarlo. Ningún camino conduce a él y nadie podría encontrarlo “si no lleva el camino en sí mismo”
Este Vaso Sagrado representa la fuente de la felicidad, la fuente de la vida. Pero cualquier persona indigna que se acercara, caería fulminada y al elegido le permitiría  descubrir su verdadero nombre, en otras palabras, conocer su identidad.
En el libro de Sergio Peña y Lillo el temor se presenta como la antítesis de la felicidad. El temor como experiencia humana normal, lo circunscribe  a un esquema de cuatro actitudes fundamentales:
·         La anticipación imaginaria (sufro pensando en lo que pasará)
·         La contaminación del presente con el pasado (supongo que volverá a ocurrir lo ya ocurrido)
·         La resistencia al sufrimiento (miedo a sufrir)
·         El deseo y la ambición (la ansiedad y la angustia de alcanzar lo que deseo)

 Sólo me referiré a lo que el autor denomina “la resistencia al sufrimiento” descrito como: “el rechazo del dolor inevitable de toda existencia y supone una conciencia pusilánime ante la adversidad, que impide al hombre la aceptación irrestricta de su vida y que, paradojalmente, a través de una especie de círculo vicioso, origina por sí misma la desdicha que pretende evitar”





Desde mi punto de vista, Job es el hombre que se vio enfrentado al dolor y supo hacerlo con entereza, honestidad e integridad. Lo más hermoso de su historia está justo al final: "Cuando Job hubo orado por sus amigos, Jehová le quitó la aflicción"
Termina diciendo: "Jehová bendijo a Job en sus últimos años más abundantemente que en los anteriores”

Al despedir el presente año quiero hacerlo con optimismo, pero sin negar, minimizar, ni menos aun trivializar lo complejo, difícil y duro, triste y a ratos oscuro que fue vivirlo.
Desde mis dolores, los propios, los ajenos y algunos inscritos en el alma de mi país, quiero agradecer a Dios por  mantener viva la esperanza, por las nuevas oportunidades que se presentarán y porque siempre lo mejor está por llegar.



"Nos hiciste para Ti, Señor, y nuestro corazón estará inquieto mientras no descanse en Ti"

(San Agustín)



fotos Con Claridad - los paisajes corresponden a la comuna de Chol Chol, Región de la Araucanía
las flores son de mi jardín

2 comentarios:

Edelia's Club dijo...

Como siempre, magníficas tus reflexiones. Tu actitud-balance ante los acontecimientos del año pasado:"real como la vida misma". Tu esperanza en el futuro me parece ejemplar, envidiable....
Gracias por las cosas que traes a tu blog y que nos permites compartir.
¡Que la esperanza sea siempre tu fiel compañera!

Con Claridad dijo...

Estuve descansando unos días, disfrutando el cariño de mi familia y en contacto con el paisaje sureño.
En esas aguas aparentemente quietas como un espejo, pero con tan poderoso caudal, siempre es posible encontrar respuestas, fuerza e inspiración para continuar.

Edelia, gracias por tus cálidos comentarios. Me encantan tus visitas

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