Bon Voyage Catherine Abel sitio |
Viajar
Gabriela Mistral
(fragmento)
“¿Existe un místico del viaje?
Para mí el místico es el que a cada hora saborea el cielo como de nuevo. Santa
Teresa va de un éxtasis al otro como un sembrador por diversas calidades de
suelo fértil. No se fatiga porque sigue hincándose en la experiencia como en un
fruto que tuviese capa a capa sabores diferentes. El místico del viaje ha
tomado la tierra por cielo. Entiende en calidades del aire, hace jerarquías de
paisajes con la tierra de llanura, la de montaña y la de colinas; ha aprendido
a atisbar semblantes y tiene no sé qué goce de bibliófilo, con la diferencia
sobrenatural de la cara de los hombres.
Viajero de ojo sin vulgaridad
de Kodak, sabrá que las grandes ciudades se parecen en su fatalidad de
receptáculos internacionales y que sólo las menores y las medianas contienen el
camino de la virtud esencial. Así preferirá los Asís a Perugia y un Toledo a
los Madrides, y un Orleáns y un Rouen, un Avignon o una Carcassone juntos, a
París.
Viajero rico, pero rico sin
necesidad, pensará que camina para elegir paisaje donde envejecer y morirse,
según el consejo de Nietzsche: "Una de las cosas que el hombre debería
saber en la juventud, es qué clima y qué panorama necesitan su cuerpo y su
alma".
Escuela de humildades es el
viaje. Desembarcar sin abrazos, ser en el hotel una cifra como en el presidio;
transformarse en dato de pasaporte para una alcaldía y no tener nostalgias de
individualizaciones ni de privilegio local, resulta a la larga más útil para
perder vanidad que una lectura de Marco Aurelio. Y escuela para aprender
quiénes verdaderamente nos hacen falta en el mar o el paisaje, el comentario de
cuál amigo servía para las catedrales y cuál paciencia de compañera ayudaría en
los "Cuidados pequeños", que decía Rubén. Escuela para descubrir qué
ausentes faltan efectivamente, haciéndonos dolor.
Sólo que el viaje da vicios
revueltos con virtudes. Da la costumbre del olvido. Nada penetra en nosotros
sin desplazar algo: la imagen nueva se disputa con la que estaba adentro,
moviéndose con desahogo de medusa en el agua; después la cubre como una alga
suavemente, sin tragedia. Viajar es profesión del olvido. Para ser leal a las
cosas que venimos a buscar, para que el ojo las reciba como al huésped,
espaciosamente, no hay sino el arrollamiento de las otras. Por eso alguno dijo
que el viaje de novios debería preceder, y no seguir, a la terrible ceremonia.
Cada uno se echaría a andar tres años para saber si tiene armazón de
plesiosaurio su juramento...
Pero el viaje debería ser,
mejor, la entrega al azar, una religiosa dación al destino de dorso vuelto.
Que, como las islas de Ulises, salta de pronto ante nuestros ojos el objeto
providencial del viaje, que no sospechábamos, y que lo adoptemos, sea eso, para
el inmigrante, lote en Entre Ríos o, para el joven, pasión de la Victoria de
Samotracia en el Louvre.
En el año, no ya 2000
sino 2500, se podrá viajar así. El confiarse al mar se parecerá a la entrega
sin designio propio a la voluntad de Dios. El mozo irá lejos a saber lo que es
mejor para su alma, artesanía, mecánica o letras. El viaje aconsejará como el
sueño enseña a algunos iluminados. Le señalará oficio, país y mujer. Le diría
si es italiano y deberá aprender su Dante en Florencia, si platero y vivir unos
años en fundición de Toledo. 0 si, sencillamente, es de su tierra, y no puede
aprender nada sino moviéndose en la divina dulzura de lo suyo.”
Junio 1927
Prosa poética de Gabriela Mistral.
Fragmento de "Viaje" en "Gabriela anda por el mundo"
El retorno del viaje James Tissot 1836 - 1902 |
Luna de miel Alfred James Dewey 1874 - 1958 |
Bon voyage Jacci Osborn |
Puerto Odessa I.A. Strelkovskaja |
A bordo Henry Bacon1839 - 1912 |
Pensamientos distantes Henry Bacon1839 - 1912 |
Salida del puerto de New York Henry Bacon 1839 - 1912 |
El barco de los inmigrantes John Charles Dollman 1851 - 1934 |
Nueces Andrey Remnev sitio |
2 comentarios:
¡Qué bello texto el de nuestra Gabriela! y me encantó el cuadro Luna de miel.
Un abrazo, amiga y ¿adivinas donde quiero ir?
Gracias Beatriz por tu visita.
Realmente el texto de Gabriela es bellísimo y lleno de referencias muy reconocibles. Ella sabía mucho de viajes.
Ya sabemos donde quieres ir porque como dice el santo Evangelio:
"allí donde está vuestro tesoro, está también vuestro corazón"
Tu tesoro tendrá tiempo para saber qué clima y qué panorama necesitan su cuerpo y su alma".
Lo más probable es que finalmente quiera volver a la divina dulzura de lo suyo
Un gran agrazo querida amiga
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