me asomo a los ventanales del profundo atardecer
Un último volantín se despide del viento
Jorge Teillier
March Winds - Pati Bannister - fuente |
Volantines en Lo Curro - Nemesio Antúnez |
The kite -la cometa - Francisco de Goya |
“En la historia de la civilización occidental se da el nombre de Archytas de Tavento (filósofo y matemático que vivió entre los años 460 al 365 AC) como el del inventor del juego de la cometa, conocido entre nosotros con el gráfico chilenismo de volantín. Pero, si remontamos el curso de la cultura hacia el Oriente, nos encontramos con la ingeniosa personalidad del general chino Han Sin, que fue el primero en utilizar el vuelo de la cometa para anunciar la llegada de refuerzos a una plaza sitiada, doscientos años antes de Cristo.
El juego pasó a ser la delicia de los orientales y hasta nuestros días la fiesta de la cometa atrae una muchedumbre de aficionados que siguen, con la concentración de una ceremonia religiosa, los giros caprichosos del papelillo multiforme en ese noveno mes del calendario chino dedicado al volantín.
Parece que la entretención penetró tardíamente en Europa, y sólo en el siglo XVIII, la medialuna, el rombo y el hexágono de papel se elevaron al espacio en medio del regocijo público que captó Goya en una de sus aguafuertes.
Como en el caso de múltiples diversiones, no podemos señalar con precisión la fecha de la introducción del juego en América. Tampoco sabemos si nos vino directamente del Lejano Oriente, como podría suponerse por una cita de un viajero de comienzos del siglo XIX, o bien, a través de la metrópoli madrileña. Lo único cierto es que el siglo XVIII fue en Chile de pleno auge y moda de este juego para grandes y chicos, que ha movido la pluma de tan distinguidos escritores como la del arzobispo de Santiago don Crescente Errázuriz, el historiador de Pedro de Valdívia y sus sucesores.
La inventiva popular adoptó la cometa a variadas formas que connotan, en sus apelativos genéricos, su jerarquía dentro del oficio lúdico. La más humilde entre ellas es l a ñecla, diminuta cometa, hecha de un papel de tres dobleces, y de palillos de escoba, que sirve a los niños para transponer la etapa heroica del aprendizaje. Viene luego el chonchón, formado de un trozo cuadrado de papel que lleva cuatro dobleces”
Juegos y Alegrías Coloniales en Chile
EUGENIO PEREIRA SALAS
Flaing the kite - Joseph Kirkpatrick |
Boy flying kite on the beach - BlueZenPhotography |
Kite flying on the rooftop - Navneet Parikh - acuarela fuente |
The kite workshop - Navneet Parikh |
The Charming Prince - Adrienne Ségur - fuente |
Papel de Volantín - Enrique Campuzano |
Del juego del volantín en Chile, hay una cita
de don Benjamín Vicuña Mackenna (1831 - 1886)
de don Benjamín Vicuña Mackenna (1831 - 1886)
que revela el entusiasmo de la gente por este juego:
"más que un entretenimiento, era una pasión popular, una especie de palenque público que tenía por retrato el cielo y los tejados, por combatientes a todos los caballeros, niños y rotos, la sociedad entera de Santiago, pues ni los clérigos por poltrones, ni las señoritas por tímidas, desdeñaban correr a la "roldana" (carrete con hilo) en momentos solemnes de la comisión, ni tomar parte en la febril chaladura".
Children playing with a kite - Adam Emory Albright |
Kite, cometa, barrilete, chichigua, chiringa, lechuza, pandorga, papagayo, papalote, piscucha o volador. Son nombres regionales para el pájaro de papel que los chilenos conocemos como Volantín.
Un Volantín es una ilusión en las nubes, es el alma de un niño que se eleva para encontrarse con su otro yo, un poco más libre y un poco más feliz
3 comentarios:
Para mi pena, he de confesar que nunca elevé un volantín, pero no pierdo la esperanza de hacerlo. No me importaría volver niño otra vez corriendo tras el hilo, trepando el viento...
He encontrado esto, me gustó y te lo comparto:
Vas volando entre trazos de azulino,
jefe indio de flecos desafiantes,
gallardo en tus colores y desplantes,
cortejando a las nubes de halo fino.
Y mirando hacia atrás por el camino,
se alargan hacia ti brazos infantes
telégrafos de amores vigilantes
desde el grueso carrete del destino
Sobre espino amarillo y en distancia
del mundo del tirón y la carrera
donde el viento era el rey de la fragancia
te observo ya tan lejos de mi vera
sobre el hilo delgado de la infancia
mi volantín del viento en primavera
Autor: Jano Antrix
Cariños volantineros...
¡Qué curioso, cuántos nombres tiene este juego! En Valencia, ciudad en la que yo vivo, los que hablan castellano le llaman "cometa" y los valenciano parlantes le llaman "cachirulo".
Es muy frecuente ver en las playas de nuestro mar Maditerráneo, los dias que hace viento, niños y no tan niños intentando que vuele su cometa.
Y hablando de cometas, me viene a la mente el libro "Cometas en el Cielo", primera novela el escritor afgano Khaled Hosseini. Seguro que lo has leído. ¿Te gustó? A mi me pereció muy interesante, aunque duro por lo real.
Un abrazo en la distancia.
Sr. W espero que pronto nos cuentes que has elevado tu primer volantín por los cielos de tu Osorno, disfrutando esa alegría que no se puede poner en palabras, como si fuese la propia alma la que danza por los aires.
Edelia: Para mi "Cometas en el Cielo", es una de esas historias inolvidables que permanece en el recuerdo durante años. Lo que más me ha gustado es precisamente la metáfora de la “cometa”, que es más evidente hacia el final de la novela. Volar libre de culpa, con libertad y esperanza. También me impresionó conocer detalles de la vida en Afganistán.
Gracias Edelia por compartir esos detalles tan singulares de tu Valencia. Acá en Chile, "cachirulo" es algo que una se hace en el pelo.
Este domingo recién pasado, estuve con un grupo de niños de TODAS las edades elevando volantines, con motivo del lanzamiento de la campaña de seguridad en el uso del volantín. Dando a conocer los peligros del hilo "curado".
Un volantín es y seguirá siendo una ilusión que surca los cielos claros de septiembre
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