A modo de celebración de nuestras Fiestas Patrias, en Chile,
comparto un texto en prosa de Gabriela Mistral
donde ella hace un análisis de nuestro escudo nacional.
Lo he ilustrado con imágenes de la destacada fotógrafa chilena
María Gracia Subercaseaux,
"Una recopilación visual que plasma el sueño de
bebés y niños chilenos de distintos
sectores de la sociedad chilena
año 2011
Menos Cóndor Y mas Huemul
Gabriela Mistral
Gabriela Mistral
Los chilenos tenemos en el cóndor y el huemul de nuestro escudo un símbolo expresivo como pocos y que consulta dos aspectos del espíritu: la fuerza y la gracia. Por la misma duplicidad, la norma que nace de él es difícil. Equivale a lo que han sido el sol y la luna en algunas teogonías, o la tierra y el mar, a elementos opuestos, ambos dotados de excelencia y que forman una proposición difícil para el espíritu.
Mucho
se ha insistido, lo mismo en las escuelas que en los discursos gritones, en el
sentido del cóndor, y se ha dicho poco de su compañero heráldico, el pobre
huemul, apenas ubicado geográficamente.
Yo
confieso mi escaso amor del cóndor, que, al fin, es solamente un hermoso
buitre. Sin embargo, yo le he visto el más limpio vuelo sobre la Cordillera. Me
rompe la emoción el acordarme de que su gran parábola no tiene más causa que la
carroña tendida en una quebrada. Las mujeres somos así, más realistas de lo que
nos imaginan...
El
maestro de escuela explica a sus niños: "El cóndor significa el dominio de
una raza fuerte; enseña el orgullo justo del fuerte. Su vuelo es una de las
cosas más felices de la tierra".
Tanto
ha abusado la heráldica de las aves rapaces, hay tanta águila, tanto milano en
divisas de guerra, que ya dice poco, a fuerza de repetición, el pico ganchudo y
la garra metálica.
Me
quedo con ese ciervo, que, para ser más original, ni siquiera tiene la
arboladura córnea; con el huemul no explicado por los pedagogos, y del que yo
diría a los niños, más o menos: "El huemul es una bestezuela sensible y
menuda; tiene parentesco con la gacela, lo cual es estar emparentado con lo
perfecto. Su fuerza está en su agilidad. Lo defiende la finura de sus sentidos:
el oído delicado, el ojo de agua atenta, el olfato agudo. El, como los ciervos,
se salva a menudo sin combate, con la inteligencia, que se le vuelve un poder
inefable. Delgado y palpitante su hocico, la mirada verdosa de recoger el
bosque circundante; el cuello del dibujo más puro, los costados movidos de
aliento, la pezuña dura, como de plata. En él se olvida la bestia, porque llega
a parecer un motivo floral. Vive en la luz verde de los matorrales y tiene algo
de la luz en su rapidez de flecha".
El
huemul quiere decir la sensibilidad de una raza: sentidos finos, inteligencia
vigilante, gracia. Y todo eso es defensa, espolones invisibles, pero eficaces,
del Espíritu.
El
cóndor, para ser hermoso, tiene que planear en la altura, liberándose
enteramente del valle; el huemul es perfecto con sólo el cuello inclinado sobre
el agua o con el cuello en alto, espiando un ruido.
Entre
la defensa directa del cóndor, el picotazo sobre el lomo del caballo, y la
defensa indirecta del que se libra del enemigo porque lo ha olfateado a cien
pasos, yo prefiero ésta. Mejor es el ojo emocionado que observa detrás de unas
cañas, que el ojo sanguinoso que domina sólo desde arriba.
Tal
vez el símbolo fuera demasiado femenino si quedara reducido al huemul, y no
sirviera, por unilateral, para expresión de un pueblo. Pero, en este caso, que
el huemul sea como el primer plano de nuestro espíritu, como nuestro pulso
natural,.y que el otro sea el latido de la urgencia. Pacíficos de toda paz en
los buenos días, suaves de semblante, de palabra y de pensamiento, y cóndores
solamente para volar, sobre el despeñadero del gran peligro.
Por
otra parte, es mejor que el símbolo de la fuerza no contenga exageración. Yo me
acuerdo, haciendo esta alabanza del ciervo en la heráldica, del laurel griego,
de hoja a la vez suave y firme. Así es la hoja que fue elegida como símbolo por
aquéllos que eran maestros en simbología.
Mucho
hemos lucido el cóndor en nuestros hechos, y yo estoy por que ahora luzcamos
otras cosas que también tenemos, pero en las cuales no hemos hecho hincapié.
Bueno es espigar en la historia de Chile los actos de hospitalidad, que son
muchos; las acciones fraternas, que llenan páginas olvidadas. La predilección
del cóndor sobre el huemul acaso nos haya hecho mucho daño. Costará sobreponer
una cosa a la otra, pero eso se irá logrando poco a poco.
Algunos
héroes nacionales pertenecen a lo que llamaríamos el orden del cóndor; el
huemul tiene, paralelamente, los suyos, y el momento es bueno para destacar
éstos.
Los
profesores de Zoología dicen siempre, al final de su clase, sobre el huemul:
una especie desaparecida del ciervo.
No
importa la extinción de la fina bestia en tal zona geográfica; lo que importa
es que el orden de la gacela haya existido y siga existiendo en la gente
chilena.
En: Recados contando a Chile.
Prosa de Gabriela Mistral
Prosa de Gabriela Mistral
Imágenes: fotos de Galería de María Gracia Subercaseaux
"Chile en Sueños"
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