Poema Nada
de Carlos Pezoa Veliz
Era un pobre diablo que siempre venía
cerca de un gran pueblo donde yo vivía;
joven rubio y flaco, sucio y mal vestido,
siempre cabizbajo... ¡Tal vez un perdido!
Un día de invierno lo encontramos muerto
dentro de un arroyo próximo a mi huerto,
varios cazadores que con sus lebreles
cantando marchaban... Entre sus papeles
no encontraron nada... los jueces de turno
hicieron preguntas al guardián nocturno:
éste no sabía nada del extinto;
ni el vecino Pérez, ni el vecino Pinto.
Una chica dijo que sería un loco
o algún vagabundo que comía poco,
y un chusco que oía las conversaciones
se tentó de risa... ¡Vaya unos simplones!
Una paletada le echó el panteonero;
luego lió un cigarro; se caló el sombrero
y emprendió la vuelta...
Tras la paletada, nada dijo nada, nadie dijo nada...
cerca de un gran pueblo donde yo vivía;
joven rubio y flaco, sucio y mal vestido,
siempre cabizbajo... ¡Tal vez un perdido!
Un día de invierno lo encontramos muerto
dentro de un arroyo próximo a mi huerto,
varios cazadores que con sus lebreles
cantando marchaban... Entre sus papeles
no encontraron nada... los jueces de turno
hicieron preguntas al guardián nocturno:
éste no sabía nada del extinto;
ni el vecino Pérez, ni el vecino Pinto.
Una chica dijo que sería un loco
o algún vagabundo que comía poco,
y un chusco que oía las conversaciones
se tentó de risa... ¡Vaya unos simplones!
Una paletada le echó el panteonero;
luego lió un cigarro; se caló el sombrero
y emprendió la vuelta...
Tras la paletada, nada dijo nada, nadie dijo nada...
Niño con un perro - Pablo Picasso |
Boy and his dog at the beach - Henry Scott Tuke |
Muchacho con perro - Edouard Manet |
Cottage girl with dog an pitcher - Thomas Gainsborough |
Niño asustado - Rembrandt van Rijn - fuente |
Boy and faithful dog - Adelaide Hiebe - fuente |
Mysterious Malady - Norman Rockwell - fuente
Child which plays with a dog - Jean Baptiste Greuze - fuente |
mastín español - Francisco de Goya |
Quiero recordar con estas imágenes a Miguel Ángel, El Niño de los Perros” un personaje urbano de Temuco que falleciera recientemente.
Miguel Ángel vivía en la calle desde los 4 años, según lo que él mismo contó alguna vez. Siempre acompañado de sus ocho perros. En las frías noches invernales sólo contaba con el abrigo de sus perros. Él llegó a decir: "Ellos siempre me defienden cuando alguien me quiere hacer daño. Y si estoy durmiendo y alguien se quiere acercar, ellos ladran y se tiran a morder. Me tienen que hablar de lejos para que los perros no se tiren encima".
Finalmente Miguel Ángel quedó atrapado entre los vicios de la calle. Sufría VIH y una neumonía muy grave terminó sus días a los 22 años de edad.
Se que son muchas las personas que intentaron ayudarlo o “rescatarlo”.
Por otra parte, estoy segura de que Miguel Ángel no es el único “Niño de los Perros” en nuestro paisaje urbano, incluyendo otras ciudades de nuestro país.
Como sociedad, como padres y madres, como personas, somos responsables. Todos somos responsables.
Creo que los esfuerzos que día a día se hacen para resolver situaciones como esta, son insuficientes y en ocasiones sufrimos una especie de anestesia del alma y temor a “ensuciarnos” las manos.
Pero estoy convencida de que aun hay esperanzas. Cada día se nos presentan nuevas oportunidades para “emprender, para equivocarse, para educar, para enseñar y para aprender” (del “legado” de Felipe Cubillos y su ya muy difundido texto “Soy un indignado”)
2 comentarios:
Muy lamentable lo que cuentas. Me recordó a una muchacha muy joven, en Temuco, que solía pasar frente a casa en completo estado de drogadicción. Cantaba y bailaba en la calle, sin preocuparse de los demás ni de los vehiculos que debían evitarla. Inmersa en su mundo no sabía de nada mas y solía dar espectáculo sin noción de pudor ni mesura. De pronto no la vimos mas. Supimos que algún depravado había abusado de ella (era hermosa) y nada más. Simplemente se esfumó, como si nada. Y como en el poema "...nadie dijo nada, nadie dijo nada..." ¿Como es posible que nadie diga nada? Es muy triste...
Hay muchos casos como estos, muy cerca nuestro. Situaciones complejas que en ocasiones preferimos ignorar, a pesar de que son parte de nuestros escenarios cotidianos.
Quizás no hay mucho más que decir. Pero hay mucho, muchísimos más por hacer. Comenzando por ser sensibles y compasivos.
Gracias Sr W por tu comentario
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