En una antigua agenda encontré este micro cuento, firmado por Adeleida.
Traté inútilmente de averiguar quien es Adeleida y no fue posible.
Aquí está su relato:
“Cuando a la dama del ajedrez le movieron el tablero,
una torre y tres peones volaron por los aires,
los caballos se hicieron al galope
y el resto de la comarca –rey incluido–
Se metieron debajo de la línea
divisoria entre el negro y el blanco…”
George Goodwin Kilburne |
Frederick Judd Waugh |
El peón de ajedrez
Constantino Cavafis
Me gusta mirar a la gente cuando juega al ajedrez.
Mis ojos siguen esos peones
que poco a poco encuentran su camino
hasta alcanzar la última línea.
Ese peón avanza con tal soltura
que te hace pensar que llegando a esa línea
en ella comenzarán sus alegrías y recompensa.
Encuentra muchos obstáculos en su camino.
Los poderosos lanzan sus armas contra él.
Los castillos le acometen con sus
altas almenas; dentro de sus campos
veloces jinetes pretenden con astucia impedir su avance,
y por todos lados, desde el campo enemigo
la amenaza avanza contra él.
Más sale indemne de todos los peligros
y alcanza triunfante la última línea.
Con qué aires de victoria la alcanza
en el momento exacto;
qué alegremente avanza hacia su propia muerte.
Porque al llegar a esa línea, el peón morirá,
todos sus afanes eran para esto.
Cae el Hades del ajedrez,
y de su tumba resucita
la reina que nos salvará.
Liberale da Verona 1445-1527 Metropolitan Museum of Art, New York |
Johann Hamza |
Duque Alberto V de Baviera y su esposa Ana de Austria jugando al ajedrez Hans Mielich |
Jessie Willcox Smith |
lámina vintange - desconozco el autor |
Jean Bailly |
John Lavery |
Homeira Mortazavi - Game of chess |
5 comentarios:
Bonita entrada sobre el ajedrez. Preciosas imágenes con el mismo tema.
Me comentas en mi blog que mientras yo me preparo para la primavera tú recibes el otoño.
Ya ves, estaciones opuestas. Una gran distancia entre tu ciudad y la mia. A pesar de ello coincidimos en muchas cosas y nos gusta comunicarnos. Es que el espíritu no conoce distancias ni tiempos. Viaja cuando quiere y como quiere, pero cuando encuentra algo placentero allí se acomoda y allí se queda.
Un abrazo, Clarissa.
Edelia, querida amiga.
Me encanta que siempre tienes algo lindo para compartir y una palabra amable para regalar.
A pesar de la distancia te siento muy cerca, querida Edelia.
Un abrazo grande!
Estaba buscando "peonías" y "Temuco" en Google y encontré tu blog, es precioso!
Por fin recupero mi ordenador
ya reparado y puedo comentar, con el viejo me era imposible enviar mensajes, en esta preciosa entrada me has descubierto a John Lavery. Es un placer leer tus entradas antíguas y descubrir jirones hermosos del pasado, cómo este.
Unos dejan miguitas, pero casi nunca son suficientes, otros mas terrenales dejan piedrecitas, pero lo que a mi me gustan son tus flores. Un beso
Es muy gratificante recibir unos comentarios tan preciosos. Compartir las cosas que nos gustan y ver crecer la amistad.
Gracias Eva por tus palabras tan cariñosas. Un abrazo!
Gracias amiga, que no se tu nombre!
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