sábado, 9 de abril de 2011

Un Arte


Porque donde estuviere vuestro tesoro
allí estará vuestro corazón
Evangelio San Mateo



Un Arte 
Elizabeth Bishop

El arte de perder no es muy difícil;
tantas cosas contienen el germen
de la pérdida, pero perderlas no es un desastre.

Pierde algo cada día. Acepta la inquietud de perder
las llaves de las puertas, la horas malgastadas.
El arte de perder no es muy difícil.

Después intenta perder lejana, rápidamente:
lugares, y nombres, y la escala siguiente
de tu viaje. Nada de eso será un desastre.

Perdí el reloj de mi madre. ¡Y mira! desaparecieron
la última o la penúltima de mis tres queridas casas.
El arte de perder no es muy difícil.

Perdí dos ciudades entrañables. Y un inmenso
reino que era mío, dos ríos y un continente.
Los extraño, pero no ha sido un desastre.

Ni aun perdiéndote a ti (la cariñosa voz, el gesto
que amo) me podré engañar. Es evidente
que el arte de perder no es muy difícil,
aunque pueda parecer (¡escríbelo!) un desastre




(Traducir un texto de un idioma a otro, 
es también un arte. Pero es posible 
que algo de su encanto original se pierda) 

One Art
The art of losing isn't hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.

Lose something every day.  Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn't hard to master.

Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel.  None of these will bring disaster.

I lost my mother's watch.  And look! my last, or
next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn't hard to master.

I lost two cities, lovely ones.  And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn't a disaster.

---Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan't have lied.  It's evident
the art of losing's not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.



El sentimiento de pérdida está presente a lo largo de toda la vida. En la vida del hombre y también en la vida de la humanidad. En el ser humano comienza con la pérdida de ese paraíso acuoso y nutricio que es el vientre materno. En la historia de la humanidad se inicia con la pérdida de la inocencia y la pérdida del diálogo de confianza con el Creador.
Sin embargo esa misma dinámica es la que permite la renovación, el crecimiento y la superación.
Del mismo modo como vamos dejando en el camino algo de nosotros mismos, pareciera que se va afinando esa suerte de cedazo que permite conservar lo esencial, aquello que facilita la apertura y el intercambio. Así se va preparando un terreno fértil donde nuevas semillas encuentran un espacio propicio para florecer. Son las semillas que nos regalan otros seres humanos, al pasar; a veces nuestros amigos, también nuestra familia e incluso quienes sólo rozan nuestra vida.

Los verbos que vamos conjugando permanentemente son “ser” y “tener”.
Yo-soy, Yo-tengo parecen estar en la base de la identidad humana. En ocasiones tenemos las manos tan ocupadas sosteniendo lo que consideramos propio que no podemos (o no queremos) abrirlas para recibir lo que se nos regala.
En más de una ocasión, me he encontrado a mi misma pidiendo a Dios como lo haría un mendigo, extendiendo una mano,  en lugar de abrir los brazos y el corazón para recibir todo el caudal de bendiciones que brota de su amor de Padre.

Dominar el arte de perder es difícil, puede tomarnos toda la vida, pero puede ser también nuestra mayor riqueza.


Las imágenes corresponden 
a trabajos de la artista 
chilena contemporánea 
Carolina Landea

1 comentario:

Celso dijo...

Se me antoja un poco como al "arte de pasar" (lo acabo de inventar) Es que cada día es un camino, y de una u otra forma estamos siempre de paso, y eso nos lleva a perder lo que no podemos retener. Pero no todo lo perdemos y a veces cosas que pueden parecer pasajeras y hasta de escaso valor, se quedan con nosotros, pasan a formar parte de nuestro acervo y hasta de nosotros y nos acompañan largo trecho. El problema es que, en el momento, no sabemos decidir que llevar y que soltar. La perspectiva del tiempo nos aclara la duda. Y nos va dando la sabiduría para la próxima vez, pero, como alguien dijo "...nos hacemos viejos muy pronto y sabios muy tarde...". Pero la vida continúa y parafrasenado a Cervantes "...el camino es mejor que la posada Sancho..."

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...