¡Ay tus manos cargadas de rosas! son más puras
tus manos que las rosas. Y entre las hojas blancas
surgen lo mismo que pedazos de luceros,
que alas de mariposas albas, que sedas cándidas
Juan Ramón Jiménez
Cicely Mary Barker |
Jessie Willcox Smith |
Ilustración de Jane Allen Boyer |
Abril florecía
Antonio Machado
Antonio Machado
Abril florecía
frente a mi ventana.
Entre los jazmines
y las rosas blancas
de un balcón florido
vi las dos hermanas.
La menor cosía;
la mayor hilaba…
Entre los jazmines
y las rosas blancas,
la más pequeñita,
risueña y rosada
—su aguja en el aire—,
miró a mi ventana.
La mayor seguía,
silenciosa y pálida,
el huso en su rueca
que el lino enroscaba.
Abril florecía
frente a mi ventana.
Una clara tarde
la mayor lloraba
entre los jazmines
y las rosas blancas,
y ante el blanco lino
que en su rueca hilaba.
—¿Qué tienes—le dije—,
silenciosa pálida?
Señaló el vestido
que empezó la hermana.
En la negra túnica
la aguja brillaba;
sobre el blanco velo,
el dedal de plata.
Señaló la tarde
de abril que soñaba,
mientras que se oía
tañer de campanas.
Y en la clara tarde
me enseñó sus lágrimas…
Abril florecía
Frente a mi ventana.
Fue otro abril alegre
y otra tarde plácida.
El balcón florido
solitario estaba…
Ni la pequeñita
risueña y rosada,
ni la hermana triste,
silenciosa y pálida,
ni la negra túnica,
ni la toca blanca…
Tan sólo en el huso
el lino giraba
por mano invisible,
y en la oscura sala
la luna del limpio
espejo brillaba…
Entre los jazmines
y las rosas blancas
del balcón florido
me miré en la clara
luna del espejo
que lejos soñaba…
Abril florecía
frente a mí ventana.
Joseph-Désiré Court |
Berthe Morisot |
Costura en el río - William Kay Blacklock |
Luz de sol y sombra - William Kay Blacklock |
La lección - William Kay Blacklock |
Abril
florecía
frente
a mí ventana
Antonio
Machado
El paso del tiempo en la vida de dos niñas
Dos destinos
que se esfuman entre las sombras de
la primavera.
Solo la genial sensibilidad del poeta nos permite visualizar el paso del
tiempo en la vida de dos personas, dos hermanas cuyas vidas se separan y finalmente se esfuman.
Las escenas que se nos muestran en los versos son
cruciales y memorables y pareciera que quedan atrapadas en los surcos que van
dibujando la aguja y el dedal sobre las telas.
Negra es la túnica, blanco es el velo... son señales claras de la separación. Hablan de los intereses espirituales de la niña, tal vez pronto se retirará a la vida de claustro.
La aguja brillaba, el dedal es de plata… finalmente ha quedado sola la hermana, el tiempo pasa, ...mientras que se oía tañer de campanas
Alexei Romanychev |
5 comentarios:
Que bello poema de Antonio Machado ilustrado con imágenes de gran belleza.
La mujer de antaño cosía, bordaba, dejaba transcurrir el tiempo con calma, sin prisas, meciéndose al compás que marcaba ese bastidor que sujetaba entre sus amnos....
La mujer de hoy casi no sabe coser, no sabe bordar, descansa poco, corre sin cesar porque ha de llegar a muchos sitios a la vez....
Realmente es cierto, el tiempo todo lo cambia, todo lo muda....¿Para bien? ¿Para mal? ¿Quién lo sabe?
Un saludo,amiga
Francisco, te había echado de menos!
Gracias por tu visita y tu amable comentario!
Feliz fin de semana!
Querida Edelia, gracias amiga por compartir aquí tu punto de vista.
Realmente vivimos sin pausa! En la paradoja del tiempo: decimos que no nos queda tiempo y sin embargo somos nosotros mismos los que debemos administrarlo.
Yo siento que las tareas manuales, como bordar, coser o tejer, todavía, tienen ese algo irreemplazable que es ayudarnos a "ordenar" e hilvanar con tranquilidad nuestros pensamientos y serenar el espíritu.
Un abrazo Edelia!
Todo precioso, amiga, incluida tu maravillosa explicación.
Manos hacendosas cosiendo primores, hilando, femeninas, más delicadas aún en las palabras de Juan Ramón y Machado.
Has sabido unir a dos maestros del lenguaje bordando palabras de la mano.
Gracias.
:)
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