En Vuelo
Mario Benedetti
Tomado de “Vivir Adrede”
Hacía
por lo menos seis horas que Alcira y Roberto habían abordado en Barajas aquel
avión enorme. Era un vuelo directo de Madrid a Buenos Aires. A él se le ocurrió
mirar por la ventana y no vio nada, absolutamente nada, ni siquiera estrellas.
De pronto la mujer le apretó un brazo y tratando de vencer al zumbido del vuelo, le confesó en el oído que quería bajarse del avión porque estaba aburrida.
—No podés bajarte —le dijo él—, estamos volando en pleno Océano.
—¿Y eso qué importancia tiene? Yo me quiero bajar, aunque estemos en pleno Océano. Me quiero bajar porque estoy aburrida.
Roberto llamó a una azafata, le explicó que su mujer estaba enferma y le pidió una pastilla calmante y un vaso de agua. Ella no opuso resistencia, tomó la pastilla y se durmió apaciblemente.
Él la contempló durante un largo rato con paciencia y ternura, y luego reflexionó en silencio, sin preocuparse del monótono bramido de la gigante aeronave.
Y pensó, sorprendido de su propia cavilación, que su mujer estaba enferma y él estaba sano, que ella quería bajarse y él sabía que no era posible, pero tuvo que reconocer que aquel vuelo interminable lo tenía más que aburrido. Y pidió otra pastilla.
De pronto la mujer le apretó un brazo y tratando de vencer al zumbido del vuelo, le confesó en el oído que quería bajarse del avión porque estaba aburrida.
—No podés bajarte —le dijo él—, estamos volando en pleno Océano.
—¿Y eso qué importancia tiene? Yo me quiero bajar, aunque estemos en pleno Océano. Me quiero bajar porque estoy aburrida.
Roberto llamó a una azafata, le explicó que su mujer estaba enferma y le pidió una pastilla calmante y un vaso de agua. Ella no opuso resistencia, tomó la pastilla y se durmió apaciblemente.
Él la contempló durante un largo rato con paciencia y ternura, y luego reflexionó en silencio, sin preocuparse del monótono bramido de la gigante aeronave.
Y pensó, sorprendido de su propia cavilación, que su mujer estaba enferma y él estaba sano, que ella quería bajarse y él sabía que no era posible, pero tuvo que reconocer que aquel vuelo interminable lo tenía más que aburrido. Y pidió otra pastilla.
Imágenes: Lucio Diodati - Pintor de la feminidad serena
5 comentarios:
Rire... je vais aller chercher ce que veux dire : "estoy aburrida"...
Cet après-midi, j'ai aidé un chauffeur de camion espagnol qui était perdu. Ma foi, j'ai réussi à lui indiquer son chemin, lui ne parlant pas français et moi dans un espagnol qui laissait à désirer...
Un relato que da para pensar mucho a pesar de su aparente superficialidad. Me ha encantado, Clarissa.
Comparto el aburrimiento de esa mujer en un avión: las pocas veces que he volado he deseado bajarme en pleno vuelo, aburrida y presa del miedo, lo confieso; debo tener "aviofobia".
Aquí supongo que Benedetti ha querido comparar el viaje en avión con la vida y el tedio causado por su monotonía. ¿Pastillas para escapar de la realidad o un salto al vacío en paracaídas...?
Lo mejor es la comprensión del marido y su decisión de quedarse dormido con su mujer.
Gracias por compartirlo.
Un fuerte abrazo, amiga.
:)
(Me he reído con el comentario francés de Lou que poco o nada tiene que ver con tu entrada, pero bueno...)
Es verdad Doña Eñe, pero... mon commentaire ne voulait que signaler à Clarissa que parfois connaître un peu la langue espagnole peut rendre service... Pardon.
Pero bueno...
Mais je ne peux que sourire face à une personne qui s'ennuie en avion. Que diable, lorsqu'on a la chance de prendre un avion (et donc les moyens) pour partir ailleurs... on en profite et si l'on s'ennuie, on peut lire, regarder par le hublot, écouter de la musique grâce à son Mp3... Oui je suis d'accord superficielle et capricieuse, probablement.
Pardon encore une fois...
Merci de votre visite, Lou.
J'ai l'impression que vous avez confondu "estar aburrido" avec être "perdido" ou "extraviado".
(Mon français n'est pas très bon)
Merci pour votre intérêt et votre amitié.
Un câlin.
Doña Eñe, gracias querida amiga por tu comentario.
Benedetti "no da puntada sin hilo".
Hay muchas situaciones tediosas en la vida de todos los días y cuando estamos de viaje, muchas más.
En ocasiones uno se embarca en proyectos que también tienen su parte "aburrida", pero "abortar" es tirar todo por la borda.
Mi Cata usa mucho la expresión "qué aburrido" para referirse a un look sin vida, poco colorido o "sin onda"; también para un panorama sin amigos, sin conversación.
Un gran abrazo
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