Nombres
de Dios
Francisco
Mouat
Columnista
de Revista del Sábado
Diario
El Mercurio
Santiago
de Chile
“Un amigo me prestó un libro de Marguerite Yourcenar que se
llama Treinta y tres nombres de Dios.
Es un libro breve y precioso. Y estimuló un ejercicio entre más amigos en donde
cada uno de nosotros buscó treinta y tres nombres posibles de Dios, o lo que Yourcenar
entendió que podía llamarse así a falta de otra palabra que sintetizara eso que
nos ocurre entre la vida y la muerte sobre la Tierra o en sueños.
Escribí a toda velocidad, casi sin
pensar, nombres de Dios. Asuntos divinos, misteriosos, mágicos, bellos,
inolvidables, feroces:
· "La mesa de un café, distraída,
sin horario.
·
Esos cuatro partos, estelares.
·
Dos amigos en silencio.
·
Wislawa Szymborska.
·
Recorrer una librería con las manos,
sin un objetivo preciso.
·
Atrapar el sueño de la noche anterior y
narrarlo.
·
Árboles, su belleza.
·
Encontrar un amigo en el camino.
·
Encontrar un libro en el camino.
·
Leer.
·
Escribir.
·
Abrazar.
·
Un asado con Julio Neme en Puerto Fonck.
·
Tú.
·
Algunos adioses.
·
Hablar con el gato, acariciarlo,
contenerlo.
·
Sorprenderme.
·
Desplazarme.
·
Ponerle punto final a un texto, y saber
que no termina ahí.
·
El libro 84,
·
Charing Cross Road, de Helen Hanff.
·
Los primeros besos que te di en El
Retablo.
·
Apoyar mi cabeza en el pecho de mi
padre.
·
Besar en la boca a mi mamá cuando era
niño.
·
Escuchar con Edite y Yuri en su casa de
Paine las canciones de Marisa Monte.
·
El teléfono de la muerte en la
madrugada.
·
Abrazar a mis hijos, abrazarte.
·
Ser abrazado.
·
Dejarse tocar.
·
Dejarse tocar por una palabra.
·
Tocar.
·
El arte.
·
Amor al arte".
Lo que escribieron mis amigos es un tesoro que se convertirá
pronto en un libro, la continuación de los treinta y tres nombres de Dios de
Marguerite Yourcenar ahora desde una aldea remota del sur del mundo llamada
Ñuñoa. Botones de muestra:
·
"La página en blanco del escritor
furtivo.
·
La suave voz interior que te libra del
vacío.
·
La leche nevada.
·
El breve silencio entre dos
pensamientos.
·
La copa de vino que sella un pacto.
·
Aquel que venera a sus ancestros.
·
El sombrero de mi padre en mi clóset.
·
Un picaflor suspendido en el aire.
·
El espacio entre ayer y hoy.
·
Terremoto.
·
Tsunami.
·
Grieta.
·
Luz.
·
Rayo.
·
Lluvia.
·
Atardecer en los trigales.
·
Sopa caliente en un día de invierno.
·
Primera naranja cosechada en mi jardín.
·
Voz de Billie Holiday.
·
Música de órgano.
·
Noche estrellada.
·
El atardecer.
·
La canela.
·
La sonrisa descansada de los amantes.
·
El juego riesgoso del pescador sobre el
quiebre de las olas.
·
La vida atrapada en una fotografía.
·
La mano de un recién nacido aferrada al
dedo de su madre.
·
El inolvidable olor de la cárcel de San
Miguel.
·
Reír sin control.
·
El silencio que escucha.
·
Niebla que baña las calles y la figura
humana que emerge de ella.
·
Nervadura de una hoja seca.
·
El hombre que vende verduras en la
esquina, el que repara zapatos y la costurera.
·
La última persona que mira la partida
de un tren.
·
El que se duerme y el que vela su
sueño.
·
El que reza por un muerto.
·
El joven vecino, estudiante de música,
que con su talento ilumina mis tardes.
·
El viento.
·
Las manos del médico que extirpó el
cáncer de mi nieta.
·
La fruta del verano transformada en
mermelada de invierno.
·
Un día sin trabajo.
·
Que te sonrían de vuelta.
·
Escalofrío.
·
El abrazo que rescata del abismo".
Merece la pena el ejercicio. Nombras y es como si iluminaras
la habitación de tu existencia, y por extensión la de los que te rodean.
Nombras y das vida. Nombras para no morir. “
Texto completo se puede encontrar en: http://blogs.elmercurio.com/revistasabado/2012/07/21/nombres-de-dios.asp
Todas las imágenes son obras de Odilon Redon
1840 - 1916
Su gran motivación fue:
"poner la lógica de lo visible al servicio de lo invisible"
9 comentarios:
Clarissa: las columnas de Pancho Mouat son mis favoritas. ES tan humano, tan sensible que espero el sábado para leerlas.
Esta en particular me recuerda al ejercicio de Perec Je me souviens.
He hecho ese ejercicio de Yo me recuerdo de... y es fantástico lo que va saliendo de la memoria del alma. Lo recomiendo.
Una entrada preciosa, ojalá que muchos la lean.
Un abrazo de domingo
Creo que es necesario tomarse unos minutos para hacer este tipo de ejercicios que nos conectan con nuestra espiritualidad. Una especie de Inventario espiritual que nos enriquece.
Por otra parte, el columnista da suficientes razones para hacerlo.
Un abrazo de domingo para ti también, querida amiga.
Hoy sí he podido leer tu entrada. Muy interesante, como siempre.Bonito ejercicio el de poner nombres a Dios.
He salido de mi ciudad de residencia (Valencia) huyendo del calor que en verano casi se hace insoportable.
Estoy en mi casa de veraneo, un lugar muy fresquito.Rodeada de montañas y a unos 1200 m. de altitud la comunicación con internet no siempre se hace posible.
Disfrutar de buena temperatura, paseos por el campo, sosiego, silencio, paz... compensan otras limitaciones.
Un abrazo, amiga.
Que magnífica entrada, menos mal que he encontrado un momento para disfrutar de esta maravilla. Ya me pongo manos a la obra para confeccionar mi lista de nombres, entre ellos sin duda está "pasar por aquí"
donde la mano de Dios me conduce siempre hacia la Claridad.
Las obras de Odilon Redon invitan a la serenidad. En fin un día más que me completas.
Un fuerte abrazo, querida amiga.
Mi querida Edelia, que alegría tu visita.
Este tiempo de verano para ustedes, es un tiempo para disfrutar. Que lindo que puedas estar en un lugar más tranquilo y seguramente, más en contacto con el silencio y la naturaleza. La quietud renueva nuestro espíritu.
Un abrazo,amiga
Eva, muchas gracias por tus amables palabras.
Compartir el camino, aun con todos los ripios, siempre es una alegría en el alma.
Un gran abrazo, amiga querida.
El nombre de Dios sigue siendo sagrado. Representa la concepción de una naturaleza espiritual tan distinta a la humana que nombrarlo siempre será sobrecogedor y siempre será sólo una aproximación. Desde mi punto de vista, no existe una palabra en el idioma humano, que pueda significar su grandeza, eternidad y santidad. Es Dios mismo quien se ha revelado al hombre y desde aquél antiguo “Yo Soy el que Soy”, hasta nuestros días, es y seguirá siendo una experiencia única y personal. En aquellas cosas, eventos o circunstancias que nos sobrecogen, en la belleza del silencio, la música o la naturaleza parece que es más fácil llegar a percibirlo, porque algo de aquello toca esa cuerda tan sensible y delicada que sólo vibra cuando se evoca su presencia.
Con todo el respeto del mundo y con profundo amor, al rezar el Padrenuestro, tal como Jesús lo enseñó, pido que Dios nos enseñe a “santificar su nombre”.
Veamos... "El blog de Clarissa" me suena como para comenzar. Como sea, no podría faltar...
Cariños...
W.-
Gracias Sr. W
Muchas gracias por tu visita
Un abrazo, querido amigo
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