Asomaba a sus ojos una lágrima,
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: ¿por qué callé aquel día?
Y ella dirá: ¿por qué no lloré yo?
Asomaba a sus ojos una lágrima
Rima XXX
Gustavo Adolfo Bécquer
A Portrait of a Lady - Bartolomá González y Serrano |
Portrait of Margaret of Austria and a Child - Bartolomé González y Serrano |
Two venetian women - Vittore Carpaccio - fuente |
Venetian woman with a handkerchief - Paris Bordone - fuente |
The Fireplace - Tissot James Jacques - fuente wiki |
fuente |
La Señal - William Powell Frith |
Lady with a Handkerchief - Francois Maury |
lámina antigua - fuente |
Les adieux de Louis XVI à sa famille - Jean-Jacques Hauer |
Mujer con pañuelo rojo - Firmin Baes |
El Pañuelo de hoy
El uso de pañuelos desechables ha reemplazado al pañuelo de tela, con grandes ventajas, en temas de prevención y autocuidado, pero lejos del romanticismo asociado al pequeño cuadrado de tela original.
La marca Kleenex registrada por Kimberly-Clark, produce un material especial como reemplazo del algodón, para fabricar originalmente máscaras anti gas, durante la Primera Guerra Mundial.
La corporación Kimberly-Clark creó el primer pañuelo facial en 1924 anunciándolo como un producto para limpieza de maquillaje y crema. A los pocos años, luego de su introducción en el mercado, la compañía recibió cartas de clientes sugiriendo su uso contra el resfriado común y la rinitis alérgica. En los años 1930, su uso como pañuelo desechable se extendió, por lo que la compañía creó el eslogan "Don't Carry a Cold in Your Pocket" ("no lleves un resfriado en tu bolsillo").
La popularidad del producto ha llevado a que en algunos países la palabra kleenex sea usada para referirse a cualquier pañuelo desechable, independientemente de su marca.
1 comentario:
"Vagaba por la calle, y por los pobres pasajes que llevaban a su casa.
Al pasar frente a un pequeño negocio donde vendían unos artículos falsificados y baratos para obreros, vio dentro una cara, vio una figura que le atrajo y entró, como buscando ver unos pañuelos de color.
Preguntaba por la calidad de los pañuelos y cuánto costaban con voz ahogada,casi apagada por el deseo.
Y de igual manera vinieron las respuestas,distraídas, en voz baja,
con un consentimiento subentendido.
Seguían hablando sobre la mercancía -pero único objetivo: que se tocaran las manos sobre los pañuelos; que se acercaran los rostros, los labios como por casualidad: un contacto momentáneo del cuerpo.
Rápida y furtivamente, para que no se diera cuenta el dueño de la tienda que estaba sentado al fondo."
(fragmento del poema PREGUNTABA POR LA CALIDAD de Constantino Cavafis)
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