detalle - obra de Giovanni Antonio Boltraffio |
Cuenta El
Alquimista de Paulo Coelho, en su Prólogo, que se encontró con un libro tan
antiguo que no tenía tapas, pero se alcanzaba a distinguir el nombre del autor:
Oscar Wilde. En este libro encontró una historia sobre Narciso.
El Alquimista, que conocía la leyenda de NARCISO se sorprendió porque Oscar Wilde no terminaba la historia de la manera en que la conocemos. El decía que cuando Narciso murió vinieron las diosas del bosque y vieron que el lago donde Narciso se contemplaba se había trasformado pasando de un lago de agua dulce que era, a un cántaro de lágrimas saladas.
Ellas Le preguntaron al Lago ¿por qué lloras? - Lloro por Narciso respondió el Lago.
- No nos asombra que llores por Narciso! le respondieron, porque Tú eras el único que tenía la oportunidad de admirar su belleza.
El Lago guarda silencio pero finalmente dice: “Yo lloro por Narciso, pero nunca me dí cuienta si era bello. Lloro por Narcsiso porque cada vez que él se inclinaba sobre mi orilla yo podía ver, en el fondo de sus ojos, reflejada mi propia belleza".
El Alquimista, que conocía la leyenda de NARCISO se sorprendió porque Oscar Wilde no terminaba la historia de la manera en que la conocemos. El decía que cuando Narciso murió vinieron las diosas del bosque y vieron que el lago donde Narciso se contemplaba se había trasformado pasando de un lago de agua dulce que era, a un cántaro de lágrimas saladas.
Ellas Le preguntaron al Lago ¿por qué lloras? - Lloro por Narciso respondió el Lago.
- No nos asombra que llores por Narciso! le respondieron, porque Tú eras el único que tenía la oportunidad de admirar su belleza.
El Lago guarda silencio pero finalmente dice: “Yo lloro por Narciso, pero nunca me dí cuienta si era bello. Lloro por Narcsiso porque cada vez que él se inclinaba sobre mi orilla yo podía ver, en el fondo de sus ojos, reflejada mi propia belleza".
Giovanni Antonio Boltraffio - fuente |
Daniel Barkley - fuente |
Franz Von Stuck |
(detalle) John William Waterhouse |
Karl Brulloff |
Johann Heinrich The Elder Tischbein |
Nicolas Bernardt Lepicie |
Texto de Oscar Wilde
De “Poemas en Prosa” (1894)
When Narcissus died the pool of his pleasure
changed from a cup of sweet waters into a cup of salt tears, and the Oreads
came weeping through the woodland that they might sing to the pool and give it
comfort.
And when they saw
that the pool had changed from a cup of sweet waters into a cup of salt tears,
they loosened the green tresses of their hair and cried to the pool and said,
“We do not wonder that you should mourn in this manner for Narcissus, so beautiful
was he.”
“But was Narcissus
beautiful?'” said the pool.
“Who should know
that better than you?'” answered the Oreads. “Us did he ever pass by, but you
he sought for, and would lie on your banks and look down at you, and in the
mirror of your waters he would mirror his own beauty.”
And the pool
answered, “But I loved Narcissus because, as he lay on my banks and looked down
at me, in the mirror of his eyes I saw ever my own beauty mirrored.”
Mónica Armiño - fuente |
5 comentarios:
Bella historia y bellas imágenes.
Me alegro de saludarte y muchas gracias por tus comentarios.
Hasta pronto, un abrazo.
Rosa, Rosita!
Gracias por la visita y tu amable comentario.
Tu blog es muy "delicioso" y muy entretenido.
Un abrazo!
El lago era tan narcisista como el propio Narciso, ¡qué bueno! Precioso relato que, como el lago o los ojos de Narciso, refleja mucha belleza.
:)
¡Qué bonita entrada, Clarissa! No conocía la versión de Oscar Wilde. Y me ha gustado ver mi foto al final. Besos
Dona Eñe, creo que de alguna manera todos tenemos algo de ese lago.
Gracias por tu visita, amiga.
Elvira, muchas gracias!
Fue con "tus narcisos" que recordé la historia. Tu blog es muy entretenido y tus fotos son espectaculares. Gracias por tu generosidad!
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