Henry Ryland 1856 - 1924 |
Despedida
Del Mar
José
Hierro
Por más que intente al despedirme
guardarte entero en mi recinto
de soledad, por más que quiera
beber tus ojos infinitos,
tus largas tardes plateadas,
tu vasto gesto, gris y frío,
sé que al volver a tus orillas
nos sentiremos muy distintos.
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro.
guardarte entero en mi recinto
de soledad, por más que quiera
beber tus ojos infinitos,
tus largas tardes plateadas,
tu vasto gesto, gris y frío,
sé que al volver a tus orillas
nos sentiremos muy distintos.
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro.
Este perfume de manzanas,
¿de dónde viene? ¡Oh sueño mío,
mar mío! ¡Fúndeme, despójame
de mi carne, de mi vestido
mortal! ¡Olvídame en la arena,
y sea yo también un hijo
más, un caudal de agua serena
que vuelve a ti, a su salino
nacimiento, a vivir tu vida
como el más triste de los ríos!
¿de dónde viene? ¡Oh sueño mío,
mar mío! ¡Fúndeme, despójame
de mi carne, de mi vestido
mortal! ¡Olvídame en la arena,
y sea yo también un hijo
más, un caudal de agua serena
que vuelve a ti, a su salino
nacimiento, a vivir tu vida
como el más triste de los ríos!
Ramos frescos de espuma… Barcas
soñolientas y vagas… Niños
rebañando la miel poniente
del sol… ¡Qué nuevo y fresco y limpio
el mundo…! Nace cada día
del mar, recorre los caminos
que rodean mi alma, y corre
a esconderse bajo el sombrío,
lúgubre aceite de la noche;
vuelve a su origen y principio.
soñolientas y vagas… Niños
rebañando la miel poniente
del sol… ¡Qué nuevo y fresco y limpio
el mundo…! Nace cada día
del mar, recorre los caminos
que rodean mi alma, y corre
a esconderse bajo el sombrío,
lúgubre aceite de la noche;
vuelve a su origen y principio.
¡Y que ahora tenga que dejarte
para emprender otro camino!…
para emprender otro camino!…
Por más que intente al despedirme
llevar tu imagen, mar, conmigo;
por más que quiera traspasarte,
fijarte, exacto, en mis sentidos;
por más que busque tus cadenas
para negarme a mi destino,
yo sé que pronto estará rota
tu malla gris de tenues hilos.
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro.
llevar tu imagen, mar, conmigo;
por más que quiera traspasarte,
fijarte, exacto, en mis sentidos;
por más que busque tus cadenas
para negarme a mi destino,
yo sé que pronto estará rota
tu malla gris de tenues hilos.
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro.
Maxime Maufra 1862 -1918 |
Maxime Maufra 1862 -1918 |
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John French Sloan 1871 - 1951 |
Edvard Munch 1863 - 1944 |
Albert Edelfelt 1854 - 1905 |
Félix Vallotton 1865 - 1925 |
Félix Vallotton 1865 - 1925 |
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"Por más que intente al despedirme
llevar tu imagen, mar, conmigo...
llevar tu imagen, mar, conmigo...
...
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro"
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro"
4 comentarios:
Bonito poema, Clarissa. "Nunca con los mismos ojos" ¡Así son las cosas! Nuestro estado de ánimo es cambianre.
Por ello las cosas, aún siendo las mismas o parecidas, aparecen distintas ante nuestros ojos.¡Así es la vida!
Un abrazo, amiga.
Tienes mucha razón Edelia.
Nuestros estados de ánimo pueden modificar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras acciones. Así como un pensamiento puede modificar nuestro estado de ánimo.
Somos cambiantes como las olas o las mareas.
Un Abrazo mi querida Edelia.
Muy lindo... No hay nada mas relajante que sentarse frente al mar, con las olas rompiendo alrededor, en un movimiento eterno, el viento salino, el brillo de la espuma, en una tarde quieta. La imaginación alza el vuelo y devela siempre mundos nuevos, nunca los mismos. Supongo que eso depende de "los ojos" con que lo miremos. Los míos, por el momento están cansados tras una tarde de trabajo frente al computador y ¡como me gustaría tener el mar para descansarlos en el horizonte!
Cariños...
W.-
Sr. W, gracias querido amigo por tu visita.
Cuántos misterios parecen estar guardados en el horizonte marino; y nuestro Pacífico, que a veces no lo es tanto.
Un abrazo grande
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