Berthe Morisot 1841 - 1895 |
5 —
Emily Dickinson
Tengo
un pájaro en primavera
para mí sola canta —
la primavera seduce,
Y cuando el verano se acerca —
y cuando la rosa aparece,
el pájaro se va.
Y asimismo no me quejo
sabiendo que ese pájaro mío
a pesar de haberse ido —
estudia más allá del mar
melodías nuevas para mí
y volverá.
Raudas en mano más segura
contenidas en tierras más naturales
son mías —
y aunque ahora partan,
digo a mi desconfiado corazón
son tuyas.
En un sereno brillo,
en una más dorada luz
veo
cada ínfima duda y temor,
cada pequeña discordia acá
terminada.
Entonces no me lamentaré,
sabiendo que este pájaro mío
aunque haya volado
en un distante árbol
deslumbrante melodía para mí
volverá.
para mí sola canta —
la primavera seduce,
Y cuando el verano se acerca —
y cuando la rosa aparece,
el pájaro se va.
Y asimismo no me quejo
sabiendo que ese pájaro mío
a pesar de haberse ido —
estudia más allá del mar
melodías nuevas para mí
y volverá.
Raudas en mano más segura
contenidas en tierras más naturales
son mías —
y aunque ahora partan,
digo a mi desconfiado corazón
son tuyas.
En un sereno brillo,
en una más dorada luz
veo
cada ínfima duda y temor,
cada pequeña discordia acá
terminada.
Entonces no me lamentaré,
sabiendo que este pájaro mío
aunque haya volado
en un distante árbol
deslumbrante melodía para mí
volverá.
Versión de Silvina Ocampo
María Battaglia fuente |
5 — Emily Dickinson
I have a Bird in spring
Which for myself doth sing —
The spring decoys.
And as the summer nears —
And as the Rose appears,
Robin is gone.
Yet do I not repine
Knowing that Bird of mine
Though flown —
Learneth beyond the sea
Melody new for me
And will return.
Fast is a safer hand
Held in a truer Land
Are mine —
And though they now depart,
Tell I my doubting heart
They're thine.
In a serener Bright,
In a more golden light
I see
Each little doubt and fear,
Each little discord here
Removed.
Then will I not repine,
Knowing that Bird of mine
Though flown
Shall in a distant tree
Bright melody for me
Return.
Ethel Franklin Betts 1878 - 1956 |
N.C. Wyeth 1882 - 1945 |
John Anster Christian Fitzgerald 1819 – 1906 |
Elisabeth Sonrel 1874 - 1953 |
Walter King Stone 1875 - 1949 |
Norman Rockwell 1894 - 1978 |
John Bauer 1882 - 1918 |
Wang Wei 701 - 761 |
Ryan Pickart fuente |
8 comentarios:
Ya de regreso a Valencia.Se terminó el veraneo. Ahora no tengo problemas con internet y te leo con facilidad. Tus entradas tan exquisitas como siempre.
Ahora yo me preparo para el otoño y tú para la primavera ¿verdad?
Un abrazo querida amiga.
¡Qué imágenes más preciosas!
El poema que has elegido de Emily es una maravilla, pero ya sabes mi opinión sobre las traducciones, sobre todo en el caso de esta autora donde la magia radica en los sonidos y... los sonidos no tienen traducción.
Aparte de lo dicho, la traductora aquí emplea un castellano algo confuso.
Un fuerte abrazo amiga.
:)
Mi querida Edelia, te había echado de menos. Me alegra muchísimo tu visita.
Se que tu disfrutas el otoño, que seguramente traerá algo de alivio luego de la estación estival; así como nosotros descansaremos del intenso frío y la oscuridad del invierno con nuestra primavera.
Un gran abrazo, querida amiga.
¡Me encanta E. Dickinson!
Es verdad Doña Eñe, la sonoridad de las palabras suma belleza al poema, algo que no recoge el castellano; pero para quienes no tienen dominio del ingles, la versión en español puede ser un acercamiento a ese mundo frágil y lleno de sutilezas, donde cada pequeño instante es un mundo concentrado en breves líneas.
Esos códigos tan propios de Dickinson, por su originalidad, quizás nadie podría traducirlos.
Gracias querida amiga, por tu visita.
Un gran abrazo.
Clarissa, he tenido problemas con Internet, parece que por fin los van a solucionar.
No sabes la paz que me ha dado encontrar tu entrada, justo el sábado se fue mi hija (estudia en Madrid, en el CEU) y tenía "morriña". Me ha encantado leer este poema ahora, con imágenes tan maravillosas.
Muchas gracias, querida amiga, me encanta venir a verte. Me llevo el poema, es una delicia.
Rosita, gracias por tus amables palabras.
Cuesta asumir que los hijos necesitan su propio espacio. Sólo queda cubrirlos con el manto de amor que son nuestras oraciones y plegarias; Dios escucha el clamor de una madre.
Un abrazo grande, mi querida amiga
Que bonito poema me esperaba al regresar al hogar, maravillosa Emily Dickinson, se nota que la primavera está cerca, nosotros ya comenzamos a vislumbrar aunque muy lentamente los primeros cielos algo extraños.
Los dibujos elegidos me han encantado como siempre. En los dibujos antiguos es frecuente encontrar la imagen de un pájaro, especialmente la paloma como símbolo del alma.
Un fuerte abrazo de nuevo querida amiga, echaba de menos estos momentos.
Eva, querida amiga; te había echado de menos.
Muchas gracias por tu visita
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