Felix Elie Tobeen 1880 - 1938 The swimmer |
Mar adentro
Ramón Sampedro
Mar
adentro,
mar adentro.
Y en la ingravidez del fondo
donde se cumplen los sueños
se juntan dos voluntades
para cumplir un deseo.
Un beso enciende la vida
con un relámpago y un trueno
y en una metamorfosis
mi cuerpo no es ya mi cuerpo,
es como penetrar al centro del universo.
El abrazo más pueril
y el más puro de los besos
hasta vernos reducidos
en un único deseo.
Tu mirada y mi mirada
como un eco repitiendo, sin palabras
‘más adentro’, ‘más adentro’
hasta el más allá del todo
por la sangre y por los huesos.
Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto,
para seguir con mi boca
enredada en tus cabellos.
mar adentro.
Y en la ingravidez del fondo
donde se cumplen los sueños
se juntan dos voluntades
para cumplir un deseo.
Un beso enciende la vida
con un relámpago y un trueno
y en una metamorfosis
mi cuerpo no es ya mi cuerpo,
es como penetrar al centro del universo.
El abrazo más pueril
y el más puro de los besos
hasta vernos reducidos
en un único deseo.
Tu mirada y mi mirada
como un eco repitiendo, sin palabras
‘más adentro’, ‘más adentro’
hasta el más allá del todo
por la sangre y por los huesos.
Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto,
para seguir con mi boca
enredada en tus cabellos.
foto de Tony Meneguzzo |
Eric Zener |
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Mar
adentro, es la transcripción del poema que se escucha en off hacia el final de
la película del mismo nombre.
Mar
adentro. Se trata de un poema del mismo Ramón Sampedro, de donde toma el nombre
la cinta del director Alejandro Amenábar, protagonizada por Javier Bardem.
Es la
historia de un hombre que lleva muchos años postrado en una cama, al cuidado de
su familia. Su única ventana al mundo es la de su habitación, junto al mar por
el que tanto viajó y dónde sufrió el accidente que interrumpió su juventud.
2 comentarios:
Estaba muerto en vida y eligió morir para vivir... No sé si fue valiente o cobarde, no soy quién para juzgar, pero confío en la divina misericordia del Señor.
Vi la película, que me encantó, y me emocioné al escuchar estos versos.
Bellísimas imágenes, Clarissa.
Gracias.
Que hermosas y sentidas palabras, Doña Eñe. Me siento interpretada.
Sin duda Ramón Sampedro nos lleva "más adentro, más adentro" en emoción, confrontando nuestro sentido de la dignidad humana.
Un abrazo, querida amiga
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